El periódico La Prensa, el más feroz opositor del gobierno durante el proceso 8.000, está pagando caro su línea radical. Su situación económica es frágil y está en este momento en proceso de recapitalización. Las personas que pondrían la plata serían los accionistas de un fondo de fiducia de la FES, quienes siempre han sido los benefactores anónimos del periódico pastranista.