En su principal editorial de hoy martes, el diario The Washington Post se queja de la forma como Estados Unidos ha manejado últimamente sus relaciones con Colombia y se pregunta en tono crítico si el presidente norteamericano Barack Obama y el Congreso de ese país van a tratar como un aliado al nuevo jefe del Estado colombiano, Juan Manuel Santos (ver editorial en inglés).  Según el rotativo, “los demócratas en el Congreso han considerado a Colombia más como un enemigo que como un amigo, pues le han reducido la ayuda militar y han trabajado asiduamente para bloquear el Tratado de Libre Comercio (TLC) que negoció el gobierno de Álvaro Uribe con el del entonces presidente George W. Bush”.  En una nota titulada ‘Colombia’s good news’ (‘Buenas noticias de Colombia’), el Post se refiere por una parte al hecho de que los demócratas, que en Washington controlan las mayorías en el Senado y la Cámara, parecen dispuestos a aceptar la recomendación de Obama encaminada a disminuir en un 11 por ciento el apoyo al Plan Colombia.  Por otro lado, el periódico políticamente más influyente en la capital norteamericana recuerda que el TLC fue firmado en noviembre de 2006 y que no ha sido considerado por el Congreso con el argumento de que el gobierno colombiano no ha hecho lo suficiente para proteger los derechos de los sindicalistas y, en general, los derechos humanos.  “La ratificación el TLC serviría para incrementar las exportaciones norteamericanas y para apoyar a una nación que puede ser un ancla de la democracia y la moderación política en la región”, señala. “Y les permitiría al gobierno y al Congreso demostrar que los amigos de Estados Unidos serán apoyados y no despreciados por Washington”.  El diario hace un elogio de Santos, de quien dice demuestra que “en América Latina aún tienen vida los políticos que están a favor de Estados Unidos y del libre comercio”. Agrega que el presidente electo de Colombia “no tiene interés en cortejar a Irán, como el jefe del Estado brasileño Lula da Silva” y que “ha rechazado el socialismo autoritario del presidente venezolano Hugo Chávez”.  El Post contrasta que mientras Obama se acerca a Lula y busca mejorar los nexos con Venezuela y Cuba, respalde más a Colombia. Como quien dice, sugiere que frente a Washington es mejor negocio ser enemigo que amigo.  “La pregunta que surge”, subraya asimismo el Post con referencia a Santos, “es si el gobierno de Obama y los líderes de la bancada demócrata del Congreso van a recibir con los brazos abiertos a este aliado fuerte y necesario o si lo van a hacer con los brazos largos y desdeñosos y con el proteccionismo inexpugnable con el que trataron a su predecesor, Álvaro Uribe”.