Aún no se ve luz al final del túnel de cuatro grandes proyectos de infraestructura, claves para mejorar la competitividad del país al facilitar la movilización de mercancías. Desde hace tiempo, el país habla de la urgencia de recuperar la navegabilidad del río Magdalena, de poner a rodar el tren del Pacífico y de terminar los túneles de La Línea y el Toyo, que suman inversiones por 6 billones de pesos. Pero las obras no avanzan en algunos casos y en otros ni siquiera arrancan, y lo crítico es que sobre ellas pende una posible caducidad de los contratos que podría abrir la puerta a millonarios pleitos con la Nación. Este es su estado:1. Tren del pacíficoMás de tres meses lleva suspendida la operación del tren del Pacífico, un proyecto que conecta a Buenaventura con La Tebaida (Quindío), en un tramo de 500 kilómetros. Esta obra permite a la región centro occidente una salida al puerto para movilizar un millón de toneladas de carga al año.Pues bien, cuando todo hacía pensar que el tercer intento en 18 años para hacerlo rodar sería el definitivo, nuevamente el proceso está a punto de descarrilarse. La multinacional suiza Trafigura, principal inversionista de Ferrocarriles del Pacífico, empresa que maneja el tren, suspendió las operaciones a finales de abril de este año aduciendo riesgos operacionales.Según la compañía, en la zona por donde pasa el ferrocarril hay minería ilegal e invasiones –alrededor de 3.000 familias están a lado y lado de la vía–, lo que dificulta su trabajo. Sin embargo, el gobierno señala que esos problemas estaban presentes antes del contrato y que está tomando medidas en estos frentes.Luis Fernando Andrade, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), dice que ante la decisión unilateral de Trafigura no quedan sino dos opciones: la cesión del contrato a un tercero o darlo por terminado y cobrar multas de hasta 40 millones de dólares por incumplimiento.La ANI está en conversaciones con el contratista y le dio un plazo adicional, que vence en unas cuatro semanas, para que presente un nuevo concesionario que siga adelante con el proyecto. Según Andrade, tres empresas colombianas estarían interesadas pero deben cumplir los requisitos. Si no se logra un acuerdo se optaría por terminar el contrato, un proceso que retrasaría por lo menos un año el arranque del tren pues implicaría comenzar de ceros y abrir una nueva licitación.El proyecto del tren del Pacífico ha tenido varios tropiezos. Los tres últimos gobiernos lo han inaugurado –la última vez en marzo de 2014 cuando el presidente Juan Manuel Santos se subió a una de sus locomotoras–. Además, ha pasado por las manos de tres inversionistas: Tren de Occidente, Ferrocarril del Oeste y finalmente Ferrocarril del Pacífico, que no lograron hacer rentable la operación. Por ahora la suerte del tren está en suspenso.2. Navegabilidad del magdalenaCuando en agosto de 2014 el gobierno adjudicó las obras para volver a navegar comercialmente el río Magdalena, el júbilo se apoderó de muchos municipios ribereños que esperaban el renacer de este afluente, el más importante del país. El proyecto, cuya inversión asciende a 2,5 billones de pesos, busca recuperar la navegabilidad entre Puerto Salgar y Barrancabermeja, y hacer obras de encauzamiento desde Puerto Salgar hasta Barranquilla, para una intervención total de 908 kilómetros. Las obras mejorarían la competitividad del país puesto que permitirían transportar mayor cantidad de carga, con millonarios ahorros para los empresarios. En 2014 ganó la licitación el consorcio Navelena, integrado por la brasileña Odebrecht, con 87 por ciento de participación, y la firma costeña Valorcon. Pero cuando se pensaba que ese sueño sería una realidad, surgió un nuevo tropiezo. Odebrecht resultó vinculada con los escándalos de corrupción de la petrolera brasileña Petrobras, lo que le dificultó conseguir recursos con la banca. En Colombia, la compañía no realizó el cierre financiero y  en mayo de este año anunció que cedería su participación a un tercero. Actualmente dos consorcios internacionales están interesados en continuar las obras, que tienen como plazo el próximo 30 de agosto para acreditar el cierre financiero. Cormagdalena otorgará el aval al primero que lo consiga. Si no se llega a un acuerdo, ocurrirá una situación similar a la del tren del Pacífico, es decir, se declarará la caducidad del contrato y se iniciará un nuevo proceso licitatorio. En todo caso la actividad por el río no se ha frenado. Navelena viene haciendo los trabajos de dragado y mantenimiento, y empresarios nacionales y extranjeros siguen adelante. Como la suiza Impala, que invirtió cerca de 1.000 millones de dólares y actualmente mueve entre 1,5 y 2 millones de toneladas de mercancía al año. Durante el pasado paro camionero la compañía se convirtió en una alternativa de transporte y demostró la importancia del proyecto fluvial.3. Túnel de la líneaDespués de meses de retrasos, sobrecostos y un ultimátum al empresario Carlos Collins, representante del consorcio Unión Temporal II Centenario, que construye el túnel de La Línea, el gobierno anunció en marzo del año pasado un nuevo acuerdo para terminar el proyecto.La fecha límite para su entrega se había fijado para el 30 de  noviembre de este año, cuando se pondrían en operación los 8,6 kilómetros entre Cajamarca y Calarcá. Pero, a pesar de este plazo perentorio, nuevamente la fecha se podría correr. El contratista pidió 75 días adicionales ante los atrasos en algunas obras y puentes, así como por el paro camionero que afectó la entrega de materiales. Collins, que se ha trenzado en varias disputas con el gobierno, sostiene que la culminación del proyecto depende del pago oportuno de los desembolsos pactados en el acuerdo conciliatorio celebrado el año pasado. Pero la verdad es que su terminación, que lleva cinco años, podría demorar más de lo anunciado por el contratista pues faltan por terminar también varias obras anexas. En mayo, en una visita sorpresa del vicepresidente Germán Vargas, se notaban retrasos en los revestimientos y en la pavimentación.La caducidad del contrato aparece como una alternativa a la que el gobierno no ha querido acudir para evitarse un millonario pleito. 4. Túnel del toyoDe esta obra se viene hablando desde hace más de una década, pero no se ha visto la primera palada de tierra. Aunque en marzo del año pasado se adjudicó a un consorcio colomboespañol, la verdad es que su construcción podría demorar un tiempo más porque el proyecto no cuenta con licencia ambiental. Además, todavía están pendientes los estudios definitivos. ios definitivos. Este proyecto de túnel ha sido muy controvertido debido a los millonarios recursos que se necesitarán y a los enfrentamientos entre los últimos dos gobernadores, Sergio Fajardo y Luis Pérez. La obra es trascendental para Antioquia ya que permitirá una conexión más rápida entre Medellín y Urabá – se prevé una reducción de dos horas en el trayecto–. Además, facilitará el comercio exterior en esta zona del país si se tiene en cuenta que en el Urabá antioqueño se construirá Puerto Antioquia, un terminal que quedará a 250 kilómetros de Medellín. El túnel del Toyo será el más largo del país, con 9,8 kilómetros, atravesará una montaña y conectará los municipios de Giraldo, Santa Fe de Antioquia y Cañasgordas. Demandará inversiones estimadas hasta hoy en 1,8 billones de pesos, recursos que aportarán la Nación, la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín. Si no surgen nuevos obstáculos esta obra solo se hará realidad en seis años.