Un triste destino ha tenido el portaaviones Minsk, que en mejores épocas formaba parte de la marina soviética y patrullaba los océnos como expresión aterradora de la guerra fría. Capaz de transportar 20 aviones de combate, 18 helicópteros y 1.000 hombres, el Minsk proyectaba el poderío soviético alrededor del mundo. Pero por las vueltas que da la vida ahora el poderoso navío descansa a órdenes de su actual dueño, un tal señor Wong, en un puerto del sur de China en espera de ser reformado para su nuevo destino: convertirse en centro de diversiones con hotel incluido, maquinitas de video y hasta un bar karaoke. Pero aunque el espectáculo es triste, muchos chinos sueñan al verlo con el día en que su país tenga un buque de esas características en su armada. Pero navegando por los mares.