La tenaza de los países vecinos contra Colombia tiene tres protagonistas en la sombra. Se trata del ministro ecuatoriano Gustavo Larrea, y los venezolanos Hugo Carvajal, jefe de Inteligencia, y el ex capitán de navío Ramón Rodríguez Chacín, ministro del Interior. El ecuatoriano El ministro de Seguridad Interna y Externa del gobierno de Quito, Gustavo Larrea, es el mayor animador de la adhesión, que parece no tener límites, del presidente Correa a los designios de su colega venezolano Hugo Chávez. Larrea admitió el lunes en la noche que sí se reunió con ‘Raúl Reyes’, pero que no lo hizo ni en Colombia ni en Ecuador y que lo hizo solamente para gestionar la liberación de los rehenes en poder de esa guerrilla. “Sí nos reunimos una vez, fuera de Colombia y fuera de Ecuador, pero solamente para hablar sobre los secuestrados”, dijo Larrea a SEMANA, pero se negó a revelar en qué nación se llevó a cabo el encuentro. Sin embargo, los archivos del computador de ‘Raúl Reyes’ pusieron en evidencia que los contactos del funcionario con las Farc van mucho más allá.  SEMANA logró saber además que recientemente un asesor de Larrea, José Chauvín, estuvo en la provincia de Sucumbíos, limítrofe con Putumayo, y que allí, en un hotel de la localidad de Nueva Loja, se entrevistó con alias ‘Oliver’, emisario de las Farc. La misma fuente añadió que Larrea también se reunió varias veces con “sujetos al parecer contactos de las Farc”, en la embajada de Venezuela en Quito y que el contacto habría sido un ex diputado. Larrea siempre ha sido cercano a la izquierda. De 50 años, estudió sociología en Caracas, en la Universidad Católica Andrés Bello, donde su padre, un reconocido jurista, vivió varios años tras huir de las dictaduras militares de la época. Su hermano Marcelo fue candidato presidencial en las últimas elecciones, por el Movimiento Bolivariano Alfarista, muy cercano a los círculos bolivarianos de Hugo Chávez y cuyos integrantes utilizan uniformes similares (camisa y boina rojas). Gustavo Larrea tiene a su cargo la coordinación de la seguridad interna y externa de instituciones como el Ministerio de Gobierno y Policía, Relaciones Exteriores, Defensa y la Secretaría General de la Administración Pública. Desde 1994 hasta 1996 fue diputado del Congreso Nacional, presidente de la comisión de Asuntos Internacionales y presidente del Parlamento Latinoamericano. Desde 1997 hasta 2004 fue director regional para los países andinos de la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos. “Este es el hombre que maneja los hilos del poder tras bambalinas”, dijo a SEMANA un funcionario del Palacio de Carondelet, en Quito, sede del gobierno. Rodríguez Chacín Ramón Rodríguez Chacín, el ministro del Interior de Chávez, es un capitán retirado de la Armada venezolana, quien ya desempeñó el cargo en 2002. Se conoce como el hombre dentro del círculo chavista con la relación más cercana con las Farc.  Rodríguez Chacín intervino en la negociación de secuestros cometidos por la guerrilla colombiana y por los paramilitares, como el del empresario venezolano Richard Boulton. En la época del despeje del Caguán, el presidente Andrés Pastrana le prohibió el ingreso al país hasta tanto no informara de sus propósitos y se comprometiera a estar siempre acompañado. En el golpe del 11 de abril de 2002, casi fue linchado por sus vecinos de un barrio exclusivo de Caracas, acusado de ser responsable de las muertes ocurridas cerca del Palacio de Miraflores. Cuando Chávez recobró el poder, lo dejó por fuera del gabinete como una medida conciliadora. Rodríguez Chacín, recién reinstalado en su cargo, adquirió notoriedad desde cuando llamó “camaradas” a los guerrilleros de las Farc que entregaron a Clara Rojas y a Consuelo González de Perdomo. Esa dudosa fama adquiere dimensiones aun más siniestras con las revelaciones del computador de ‘Reyes’.  El montesinos de Chávez Si Rodríguez Chacín se encarga del juego sucio del gobierno chavista fuera de las fronteras, el general Hugo Carvajal lo hace en su interior. Esta especie de Montesinos de Chávez, desde hace ocho años está vinculado a la Dirección General de Inteligencia y en julio de 2004 fue nombrado por Chávez director de esa entidad. Pese a su gran poder, es un hombre de un perfil muy bajo. Conocido con el sobrenombre de el ‘Pollo’, por su apariencia física, algunas de las actividades en las que se ha visto involucrado hablan por sí solas.  Una de ellas fue la reunión que, a mediados de mayo de 2006, el general Carvajal sostuvo con Germán Briceño Suárez, alias ‘Grannobles’, un importante jefe de las Farc y hermano del ‘Mono Jojoy’, en la finca llamada Corocito, ubicada en San Silvestre, estado Barinas. Según una fuente oficial venezolana, Carvajal se habría comprometido a suministrar apoyo logístico y comida a los frentes que actúan a lo largo de la frontera, así como a reconocidos narcotraficantes, como Hermágoras González, un narco colombiano solicitado en extradición por Estados Unidos, quien desde hace varios años se refugió y trafica en el estado Barinas.  Las implicaciones de Carvajal incluyen una grabación hecha por autoridades extranjeras en la cual se evidencia que les dio la voz de alerta a narcotraficantes para que evadieran una importante operación antidroga. Pero quizás el señalamiento más grave tiene que ver con el papel que el jefe de la Dgim habría jugado en la tortura y el asesinato de dos miembros del Ejército colombiano en territorio venezolano. Es claro, pues, que se trata de acusaciones de la mayor gravedad para un hombre que ha hecho del bajo perfil su modo de vida y es prácticamente desconocido para la inmensa mayoría de los venezolanos.