ESTA ES LA HISTORIA de una estirpe de guaqueros, de una dinastía que surgió en las postrimerías del siglo pasado. Se trata de la familia Cano, que durante más de 100 años ha mezclado el oficio de excavar tumbas indígenas con la tarea de reproducir y difundir el arte precolombino. Y que, como una prueba más de su vocación, esta semana, con una exhibición de siete mil piezas, inaugura lo que se podría considerar el segundo museo del oro del país.Su historia comenzó a finales del siglo XIX con Nemesio Cano, un antioqueño sin profesión definida, pero con gran ambición. Era lo que su nieto Guillermo llama un