La decisión pone fin a la controversia generada por los ocho meses que llevaba la institución sin cabeza. Se trata de un hombre apasionado, que ha mostrado criterio en la administración de la cultura. Pintor, músico e historiador, dirigió por más de diez años la Casa Museo Quinta de Bolívar y el Museo de la Independencia Casa del Florero. Su elección ha sido fruto no de intereses políticos, sino del mérito.