El estudio fue realizado por un grupo de economistas de la Universidad Nacional de Australia. Los investigadores encontraron que ser bien parecido le puede representar a un trabajador hombre un 22 por ciento más en salario que el de sus colegas con “belleza promedio”.Sin embargo, hallaron que una mujer más bella no obtiene ese mismo beneficio económico. Andrew Leigh, uno de los profesores que participó en el estudio, indicó que a pesar de la noticia, la belleza puede ser una espada de dos filos para las mujeres.Los investigadores reconocieron que se llevaron una gran sorpresa cuando los resultados invalidaron su hipótesis de que una mujer bella también ganaba más.“Es triste reconocer que aún existe una creencia absurda. Muchas personas creen que belleza e inteligencia son incompatibles en la mujer, por ende se cree que una mujer bella no es tan productiva. En cambio no existe tal síndrome aplicado en el caso de un hombre” afirmó Leigh.Hombres bien parecidos ganan más en cualquier labor, desde la más técnica hasta la más intelectual. Los que tienen menor belleza tienen una batalla más dura en sus empleos y el ambiente laboral hacia ellos es más hostil. El estudio también encontró que un hombre por debajo del promedio de belleza percibe un 26 por ciento menos de ingresos que sus colegas que están en la media.‘Descubriendo el prototipo de belleza”, es el estudio más largo que se ha realizado en los últimos años y repite una encuesta de 1984 para comprobar si el estándar de belleza ha cambiado o no.A pesar de que los datos no son alentadores y en cierta forma son discriminatorios, con los resultados, los profesores esperan que estas tendencias cambien y la belleza deje de ser un criterio a la hora de contratar y de pagar.