La columna de Germán Vargas el domingo pasado, titulada ‘Juego limpio’, fue una andanada contra el Gobierno y algunos senadores de Cambio Radical que se voltearon para salvar el Plan Nacional de Desarrollo. La verdad es que esa columna en su versión original era mucho más dura. La lista de los volteados era más amplia y la lista de la mermelada ofrecida también. A último momento, Vargas decidió mostrar la columna a un par de sus hombres de confianza, quienes la consideraron excesiva y le sugirieron moderarla. El botafuegos del domingo fue la versión suave.