El sacerdote Jesús Hernán Orjuela, más conocido como el padre Chucho, sacerdote autorizado por el Vaticano para realizar exorcismos, habló con SEMANA sobre cómo cada día es más común que personas de diferentes edades lleguen buscado su ayuda. Al día atiende aproximadamente 30 citas y otras tantas se quedan agendadas para semanas después; no es suficiente para su equipo de trabajo atender a todos.

“En la actualidad una de los problemas que más se está viendo en la guerra espiritual, son aquellos relacionados con la sujeción diabólica”, explica el sacerdote, que además, hace referencia a la posibilidad que le da el ser humano a las prácticas que se alejan del bien, teniendo en cuenta que él habla desde las creencias y costumbres católicas.

Añade también que una de esas malas prácticas a las que se refiere es el tarot, la lectura de la mano y a depositar la confianza en lo que depara el horóscopo. Ese tipo de actividades, que muchos creen inofensivas, desatan una sujeción diabólica, según el sacerdote.

A su vez, explicó que aunque muchos de los chamanes, maestros, profesores, parapsicólogos, dicen ser seres de luz que trabajan de la mano de ángeles y santos, son de total cuidado.

“Hasta el mismo diablo cree en Dios y busca diferentes maneras de engañar y tratar de pasar desapercibido”, explicó. Uno de las modalidades de estafa y extorsión que más logran pasar desapercibida para las autoridades es la de los “brujos”, que prometen entierros para devolver al ser amando, rezos para encontrar guacas, hechizos para vencer enemigos, entre otros rituales para supuestamente liberar de maldiciones a sus clientes, que terminan convirtiéndose en víctimas.

SEMANA recopiló varias historias que ya están en poder de las autoridades, en las que con la información que entregan las personas que llegan a donde estos falsos profetas buscando ayuda, son amenazados incluso de muerte y terminan como víctimas de extorsión, estafa, abuso sexual entre otros.

Hay, de hecho, personas que han perdido casas, fincas ahorros de toda su vida porque confiaron ciegamente en lo que estás personas inescrupulosas les decían. Es importante aclarar que no todos los que ofrecen esos servicios paranormales son mentirosos, hay otros que al parecer sí tienen lo que llaman dones, pero según el sacerdote, todo eso hace “que se abran puertas que desatan espíritus malignos que luego requieren de oraciones de liberación”.

Según él, “no podemos empoderar el mal. Hay que ser fuerte en la fe en Dios y así el demonio se aleja”. Para el padre Chucho, quien lleva varios años desempeñándose como exorcista, el secreto está en darle “lo más íntimo del corazón todo el poder a Dios”, cómo en algún momento le dijo Jesús a Pedro. Si hay fe en realidad en Dios, para creer que él puede más que cualquier espíritu del mal, por poderoso que parezca, incluso podría evitar llegar al exorcista, que hace de intermediario.

La labor de los sacerdotes que tienen la misión de exorcizar consiste en empoderar y/o fortalecer el alma y brinda el acompañamiento para superar esas crisis. Asegura el padre Chucho que él, “al igual que muchos sacerdotes por todo el mundo, cuentan con un equipo multidisciplinario que ayudan al diagnóstico de las personas que llega solicitando su ayuda. No es solo ir a una misa y ya”.

Psicólogos, psiquiatras, médicos, sacerdotes, entre otros especialistas, primero evalúan la historia clínica. Por ejemplo, “si medicamente no encuentran que tengan diagnosticado alguna enfermedad, como cuando dicen todos los exámenes le salen bien, pero sigue mal, o cuando los medicamentos por más buenos que sean lo le hacen, ellos empiezan a encontrar indicios de que quizá todo se trata de una guerra espiritual”.

Las personas que más consultan son porque llegaron síntomas similares a la psicosis, trastornos de bipolaridad, esquizofrenia. Trastornos de sueño. Hay que tener en cuenta que, si el feligrés presenta problemas de salud más allá de una supuesta maldición, es remitido de inmediato a los especialistas médicos correspondientes y sieguen acompañando en oración el proceso de recuperación, pues cabe recordar que para los católicos y cristianos todo es posible en la fe de Dios.

Lo que sí aclara el padre Chucho es que nunca se les cobra dinero a quienes buscan su ayuda, porque si lo hicieran caerían en simonía, nadie de la iglesia está autorizado para aprovecharse de la debilidad de los creyentes porque eso hace que se presenten robos y engaños. Incluso, el equipo de profesionales de la salud que lo acompañan también dona su trabajo.

“Después de la pandemia se ha incrementado notablemente la cantidad de personas que han llegado a la iglesia en busca de un exorcista, tanto así que desde el Vaticano hace pocos días expidieron a todos los sacerdotes que tienen esa tarea ministerial”, cuenta, mientras relata que hay un nuevo manual de instrucciones para exorcistas, en los que entregan nuevos lineamientos para manejar la expulsión de demonios.

El sacerdote recordó: “Lo que da paz viene de Dios, lo que viene del diablo da intranquilidad”.