El ataque cardíaco, también conocido como infarto del miocardio, ocurre cuando el flujo de sangre que transporta oxígeno a una parte del músculo cardíaco se bloquea de manera repentina y el corazón no recibe suficiente oxígeno.

En este caso, lo que ocurre es que si el flujo de sangre no se restaura con rapidez, el músculo cardíaco puede empezar a morir. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), los ataques cardíacos son muy frecuentes. Por ejemplo, solo en este país norteamericano más de 800.000 personas presentan al año este padecimiento.

Expertos del National Heart Lung and Blood Institute indican que la mayoría de los ataques cardíacos se deben a enfermedad coronaria. La edad, hábitos de vida y otras afecciones médicas pueden aumentar el riesgo.

Seguir una dieta saludable y realizar ejercicio físico es fundamental para evitar que se presenten ataques del miocardio, especialmente en personas que no hayan sufrido ninguna enfermedad cardiovascular, precisa la Fundación Española del Corazón. También es importante dormir lo suficiente, pues esto reduce los niveles de adrenalina y cortisol y el riesgo de que las personas puedan presentar enfermedades del corazón.

Muchas formas de enfermedades cardíacas pueden prevenirse o tratarse con elecciones de un estilo de vida saludable. | Foto: Getty

Según expertos del The Texas Heart Institute, las principales señales de un ataque cardíaco son las siguientes:

1. Presión, ardor, tensión o molestia opresiva en el pecho que dura cinco minutos o más.

2. Molestia constante que parece indigestión.

3. Presión incómoda del pecho que irradia a los hombros, los brazos, el cuello, la mandíbula o la espalda.

4. Mareo, desmayo, sudor o malestar de estómago.

5. Dificultad para respirar sin que haya una explicación obvia.

6. Ansiedad, debilidad, náuseas o cansancio inexplicables.

7. Conciencia de tener alteraciones de los latidos normales del corazón, con sudor inexplicable y palidez de la piel.

Las mejores frutas para cuidar el corazón

Manzanas

Expertos indican que la manzana tiene compuestos vegetales como la quercetina, ácido clorogénico y ácido gálico, que puede ayudar a reducir el azúcar en la sangre. Foto: Getty images. | Foto: Gettyimages

La ingesta de una manzana al día puede reducir el colesterol LDL (malo) hasta en un 40 %, según un estudio de Ohio State University. De igual forma, el Iowa Women’s Health Study le hizo seguimiento a más de 34.000 mujeres posmenopáusicas durante 18 años y encontró una relación entre el consumo de manzanas y un menor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca, precisa una publicación de AARP, asociación estadounidense que atiende a personas mayores de 50 años. Esta entidad recomienda comer la fruta en vez de tomar el jugo y no pelarla, pues es la cáscara la que contiene la mayoría de antioxidantes.

Arándanos

Una investigación realizada por University of Scranton en Pensilvania concluyó que tomar tres tazas de jugo de arándanos al día eleva los niveles de colesterol HDL (bueno) en un 10 % y de esta forma ayuda a reducir la enfermedad cardíaca en un 40 %. Además, el jugo disminuye la ateroesclerosis, impidiendo que se formen placas en las arterias.

Kiwi

Análisis realizados por Oslo University Hospital (Noruega) determinaron que el consumo regular de estas frutas podría reducir la tensión arterial y por tanto beneficiaría al sistema cardiovascular. Además, se dice que es un protector de las arterias y los capilares, gracias a que ayuda a mantenerlas elásticas y flexibles.

Pera

Esta fruta es rica en procianidina, un antioxidante que protege la salud del corazón, gracias a que disminuye la rigidez en los tejidos cardíacos. También baja los niveles de colesterol malo (LDL), que es el que forma placas en las arterias, y aumenta el bueno. Por otro lado, la cáscara de la pera contiene otro antioxidante llamado quercetina, que beneficia la salud cardíaca al disminuir la inflamación, la presión sanguínea y los niveles de colesterol malo.

El tomate ayuda al buen funcionamiento del cuerpo y del sistema inmunitario. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

Tomates

AARP cita un estudio realizado por científicos de Tufts University en Boston, el cual demostró que consumir alimentos ricos en licopeno como los tomates más de cinco veces a la semana, en un periodo de 11 años, redujo el riesgo de enfermedad coronaria en un 26 %. El licopeno es un compuesto antioxidante que da a los tomates y a ciertas otras frutas y vegetales su color.