Hace 15 meses aproximadamente se conoció el primer caso de Sars-Cov-2 en el mundo y desde esa fecha a hoy más de tres millones de personas en todo el mundo han muerto y la cifra continua en aumento diariamente.

Desde esa fecha, el origen del coronavirus ha sido un misterio. Si bien varios investigadores han atribuido su origen a un contagio natural, proveniente de los murciélagos, el reconocido periodista científico Nicholas Wade realizó una exhaustiva investigación para determinar que la teoría de una fuga del laboratorio sería el origen más probable del virus.

Wade publicó su investigación en el Bulletin of Atomic Scientists, una prestigiosa revista que trata temas relacionados con seguridad mundial y políticas públicas donde aseguró que el virus del Sars-Cov-2 proviene efectivamente del Instituto de Virología de Wuhan.

Para argumentar su tesis, Wade se apoya en varias afirmaciones que llama ‘inverosimilitudes’. En primer lugar, según el periodista, el virus es un patógeno que desde el primer momento fue adecuado para infectar humanos y no muestra una evolución natural de un virus que pasa de un murciélago a una persona.

Según la investigación, los virus como el Sars1, que nació en 2003 en los países del sur de Asia y el MERS que causó un síndrome respiratorio en Oriente Medio, se lograron identificar fácilmente de origen animal, lo que no ocurrió con la covid-19.

Hasta el momento, según el experto, ningún investigador o epidemiólogo ha encontrado la población de murciélagos de la cual supuestamente proviene el Sars-Cov-2. Tampoco, según Wade, se ha encontrado un huésped intermedio que haya pasado el virus a los humanos a pesar de la búsqueda intensiva de las autoridades chinas en más de 80.000 animales.

“No hay evidencia de que el virus realice múltiples saltos independientes desde su huésped intermedio a las personas, como lo hicieron los virus SARS1 y MERS. No hay evidencia de los registros de vigilancia hospitalaria de que la epidemia estuviera cobrando fuerza en la población a medida que evolucionaba el virus. No hay explicación de por qué debería estallar una epidemia natural en Wuhan y en ningún otro lugar”, explicó Wade en su artículo.

Por otra parte, el periodista aseguró que no hay una explicación clara de cómo el virus pudo adquirir una escisión de furina, una pequeña región de la proteína de espícula compuesta por unas entidades como codones de arginina que son comunes en los humanos pero no en los animales.

Por estas razones, Wade aseguró que la teoría de que la enfermedad es de origen animal se aleja cada vez más de ser una posibilidad.

Experimentos del Instituto de Virología de Wuhan

Por otra parte, Wade aseguró que los investigadores de Instituto de Virología de Wuhan estaban haciendo experimentos llamados de ganancia de función diseñados para infectar células humanas y de ratones humanizados con cepas de coronavirus.

A partir de estos experimentos, afirmó Wade, pudo haber surgido el SarsCov2 y, a esto se le suma que los investigadores no estarían vacunados contra los virus que estaban estudiando y trabajaban con las condiciones mínimas de seguridad en un laboratorio.

En este sentido, añadió el periodista, la fuga del virus no sería una sorpresa, además teniendo en cuenta que en China la pandemia estalló prácticamente en la puerta del Instituto de Wuhan.

Conflictos de interés

Desde la propuesta del origen natural del virus, la mayoría de científicos apoyaron la teoría y, de acuerdo con Wade, dos grupos tuvieron una enorme influencia en la formación de esta postura.

Uno de ellos es el del grupo liderado por Peter Daszak presidente de EcoHealth Alliance, una organización no gubernamental estadounidense que investiga las enfermedades infecciosas emergentes y recibe financiación de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH) y del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) dirigido por el epidemiólogo de la Casa Blanca Anthony Fauci.

Daszak, de acuerdo con Wade, publicó un carta en la revista The Lancet en la que aseguraba que un grupo de 27 expertos condenaban las teorías que decían que el virus no provenía de un origen natural a pesar de ser muy pronto para realizar esta afirmación.

Un segundo grupo estuvo integrado por cinco científicos chinos que publicaron su opinión en la revista The Journal of Nature Medicine el 17 de marzo de 2020 donde afirmaban que “claramente que el SARS-CoV-2 no es una construcción de laboratorio o un virus manipulado a propósito”.

Sin embargo, según el periodista, estas declaraciones tenían más un carácter político y no científico pero fueron “asombrosamente efectivas” para desestimar la teoría de la fuga de laboratorio.

Además, de acuerdo con Wade, estas declaraciones eran necesarias teniendo en cuenta la ley del silencio que existe entre los virólogos que se relaciona con la posibilidad de perder financiación para las investigaciones.

Registros sellados

A pesar de tener una teoría sólida sobre el escape del virus del laboratorio, Wade advierte que hasta que no se publiquen los registros del laboratorio de Wuhan no hay forma de probar que el virus haya escapado de allí.

Ante la falta de la evidencia más clara, el mejor enfoque es preguntarse sobre cuál de los dos escenarios brinda la explicación más plausible: evolución natural o fuga del laboratorio.

Sobre el origen natural, Wade asegura que los murciélagos que albergan los virus más cercanos al SarsCov-2 viven en las cuevas de Yunnan, en el sur de China y a 1.500 kilómetros de distancia de Wuhan, por lo que al infección tendría que haber empezado por los habitantes cercanos a las cuevas y no a tantos kilómetros lejos.

Además, para esa época, los murciélagos se encontraban en hibernación lo que hace cada vez más complejo poder asegurar que el virus llegó a Wuhan sin dejar rastro de su origen en otro lugar.

Por otra parte, según el experto, los virus que pasan a nuevos huéspedes necesitan tener varias mutaciones para perfeccionar su adaptación, pero el SarsCov2 se adaptó casi inmediatamente a las células humanas y apenas ha cambiado desde entonces, lo que solo puede pasar con un virus cultivado en un laboratorio.

No sucede lo mismo con la teoría de la fuga, afirma Wade, ya que es claro que los científicos de Wuhan se encontraban experimentando con los virus peligrosos. “Si se hubiera generado allí un virus con la infecciosidad inesperada del SARS2, su escape no sería ninguna sorpresa”.

Finalmente, Wade concluyó que las personas de todo el mundo han tenido que someterse hace más de un año a confinamientos y temores sin contar con una respuesta clara del origen del virus.

Puede que la comunidad internacional de virólogos llegue a ser considerada un referente falso, movido por sus propios intereses. La idea, llena de sentido común, de que la aparición de una pandemia en Wuhan quizá haya tenido que ver con el hecho de que en Wuhan se preparaban virus de nuevo cuño y máximo riesgo en condiciones inseguras podría finalmente desplazar la insistencia ideológica de que nada de lo que diga Trump puede ser cierto. Y luego que comience el ajuste de cuentas”, concluyó.