El cobre, un oligoelemento esencial para el organismo, se ha convertido en una pieza clave en la prevención de enfermedades como la artritis reumatoide y la reducción de la inflamación. Sus múltiples propiedades y beneficios son fundamentales para mantener una salud óptima.

El cobre es un mineral que desempeña un papel esencial en numerosas funciones dentro del cuerpo humano. Según el portal Concepto, está presente en las células de todos los tejidos y su influencia es crucial en procesos que afectan tanto a la energía como a la respuesta inmunitaria.

El cobre es crucial en procesos que afectan tanto a la energía como a la respuesta inmunitaria. | Foto: Getty Images

El cobre cumple una serie de funciones vitales en nuestro organismo, entre las que destacan:

  • Producción de energía: según el National Institutes of Health, este contribuye a la producción de energía a partir de otros minerales y vitaminas, lo que lo convierte en un elemento indispensable para el metabolismo humano.
  • Fortalecimiento del sistema inmunitario: desempeña un papel crucial en el desarrollo y el mantenimiento de la respuesta inmunológica contra bacterias y virus. Su deficiencia puede llevar a una disminución de los glóbulos blancos y aumentar la susceptibilidad a infecciones.
La deficiencia de cobre puede llevar a una disminución de los glóbulos blancos y aumentar la susceptibilidad a infecciones. | Foto: Getty Images
  • Prevención de enfermedades óseas: el portal Cuerpo y Mente indica que el cobre ayuda a prevenir la artritis reumatoide al contribuir a la formación de elastina y colágeno, además de tener propiedades antioxidantes que reducen la inflamación y protegen la densidad ósea.

Causas de la deficiencia de cobre

El portal Cuerpo y Mente señala que aunque la deficiencia de cobre es poco común, puede deberse a diversas causas, como una alimentación inadecuada, el consumo excesivo de suplementos de otros nutrientes o problemas de malabsorción. En ocasiones, esta deficiencia se descubre en pacientes con anemia que no responden a la suplementación con hierro.

La falta o deficiencia de cobre en el cuerpo puede ocasionar enfermedades cardiovasculares. | Foto: Getty Images

En casos más raros, la deficiencia de cobre puede ser el resultado de trastornos genéticos y afectar a bebés prematuros o personas con problemas de mala absorción.

Consecuencias

La deficiencia de cobre puede tener consecuencias graves para la salud, así lo indica el portal MSD Manuals:

  • Deficiencia de células sanguíneas.
  • Anormalidades en el tejido óseo y conjuntivo.
  • Desórdenes neurológicos.
  • Alteraciones en la función inmunitaria.
  • Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Despigmentación de la piel y cabello canoso prematuro.

Ingesta diaria recomendada de cobre

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que no se debe consumir más de 5 mg de cobre al día, ya que dosis superiores a 10 mg pueden causar toxicidad y daños hepáticos graves. Las cantidades recomendadas varían según la edad y el género, y se deben seguir para evitar desequilibrios.

  • Los hombres necesitan alrededor de 1,3 mg de cobre al día.
  • Las mujeres necesitan 1 mg al día, que aumenta a 1,2 mg durante el embarazo y la lactancia.
  • Los bebés comienzan con 0,2 mg al día, con necesidades que aumentan con el tiempo y se asemejan a las de los adultos en la adolescencia.
Para mantener niveles adecuados de cobre en el cuerpo, es esencial incorporar alimentos que sean fuentes naturales de este mineral.

Para mantener niveles adecuados de cobre en el cuerpo, es esencial incorporar alimentos que sean fuentes naturales de este mineral. Algunas de las principales fuentes alimenticias de cobre, que destaca el portal Fisterra, incluyen:

  • Frutos secos y semillas como anacardos, pipas de girasol, avellanas, almendras, cacahuetes y lino.
  • Cereales integrales como el salvado de trigo y el alforfón (trigo sarraceno).
  • Frutas como ciruelas y uvas pasas.
  • Legumbres como las lentejas.
  • Champiñones.

El cobre interactúa con otros minerales en el cuerpo y puede afectar su absorción. Por ejemplo, un exceso de zinc puede dificultar la absorción de cobre, al igual que un exceso de vitamina C.