La relación directa entre el sobrepeso y los altos niveles de estrés es cada vez más evidente, pues la ansiedad desproporcionada es un estímulo altamente nocivo, pues induce a que las personas coman con más frecuencia y no puedan descansar correctamente.

De acuerdo con el portal web Laparoscopic, la respuesta al estrés humano normalmente involucra al sistema nervioso, inmunológico y endocrino. Esto quiere decir que durante la exposición a una fuente de estrés, las glándulas suprarrenales liberan una oleada de hormona de catecolamina, incluidas la adrenalina y la noradrenalina, para reaccionar ante un ataque o fuente de peligro.

Normalmente, cuando esto sucede, tanto la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la transpiración y la actividad mental aumentan, y las arterias coronarias, los conductos bronquiales y los vasos sanguíneos de los músculos de las extremidades se dilatan. Asimismo, los efectos del estrés sobre el apetito pueden variar entre las personas, pues algunas pueden experimentar un aumento de peso durante los períodos de estrés, mientras que otros informan disminución del apetito.

Para controlar este problema de salud, es importante acudir al médico para diagnosticar la enfermedad y a la vez recibir terapia psicológica para aprender a manejar las situaciones que le puedan generar estrés. También es fundamental acudir al nutricionista para que oriente el consumo de una dieta saludable.

Las mujeres tienden a sufrir más ansiedad y estrés conforme van pasando los años. Foto: Getty Images. | Foto: Getty Images

Por otra parte, la medicina tradicional china ofrece múltiples alternativas a base de hierbas que son ideales para controlar el apetito y disminuir el estrés. De hecho, la revista Mejor con Salud, destaca las propiedades del jiaogulan, una planta enredadera que pertenece a la familia de las cucurbitáceas y es nativa de Asia, concretamente de países como China, Corea, Japón y Vietnam. A esta hierba también se le conoce como yiaogulan, ginseng del Sur o planta de longevidad.

Un estudio publicado en Journal of Human Nutrition and Dietetics determinó que el consumo oral de un extracto de esta planta mejora la composición corporal en hombres y mujeres con sobrepeso. Sin embargo, es importante recordar que la pérdida de peso requiere de un abordaje multidisciplinar, es decir, una dieta saludable, ejercicio regular y el consumo de estos remedios naturales.

Ahora bien, el té de jiaogulan es ideal para combatir el estrés, pues una de sus cualidades adaptógenas permite estabilizar las glándulas suprarrenales para disminuir las respuestas físicas y mentales derivadas del estrés. Con respecto a esto, un estudio realizado en Corea del Sur y publicado en Phytomedicine, evidenció niveles más bajos de estrés en las personas que consumieron un extracto de hojas de jiaogulan en comparación con el grupo de placebo.

El jiaogulan, una planta enredadera que pertenece a la familia de las cucurbitáceas. | Foto: jiaogulan

¿Cómo se consume el jiaogulan?

Esta planta medicinal está disponible en presentaciones como tés, polvos, cápsulas y extractos que se pueden conseguir en tiendas herbolarias. Para conocer la dosis exacta, es importante consultar con un especialista en salud.

Té de jiaogulan

Ingredientes

  • 5 gramos de jiaogulan seco y pulverizado.
  • 250 mililitros de agua.

Preparación: inicialmente, se debe llevar el agua al fuego y luego agregarle el jiaogulan seco. Enseguida, tapar la bebida y dejarla reposar a temperatura ambiente por 10 minutos. Pasado ese tiempo, colar para su posterior consumo.

El consumo del jiaogulan ayuda a combatir el estrés y la obesidad. | Foto: Peter Dazeley

Es importante tener en cuenta que el consumo del jiaogulan debe ser moderado; de lo contrario, se corre el riesgo de presenciar reacciones de sensibilidad, náuseas, malestar digestivo y diarrea, y si se consume en ayunas, puede provocar irritación en el estómago. Mejor con Salud desaconseja su uso en los siguientes casos:

  • Enfermedades autoinmunitarias (lupus, esclerosis múltiple, artritis reumatoide, etcétera).
  • Problemas circulatorios o enfermedades que afectan la coagulación de la sangre.
  • Pacientes en tratamientos con anticoagulantes, antidiabéticos y antidepresivos.
  • Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
  • Personas próximas a someterse a una cirugía.
  • Niños.