La secreción de los ojos o lagañas, es una combinación de mucosidad, aceite, células de la piel y otros desechos que se acumulan en el ángulo interno de este órgano mientras las personas duermen.

Información de la Clínica Baviera, de España, indica que esta mucosidad tiene una función fundamentalmente protectora, ya que logra extraer los productos de desecho y sedimentos potencialmente dañinos para los ojos. Cuando estos mocos se secan, aparecen las lagañas o también conocidas como legañas, que se evidencian cuando la persona despierta.

Sin embargo, es importante prestar atención al desarrolllo de las mismas, pues si esta mucosidad se produce en exceso o si adquiere un color poco habitual, pueden ser señales de que existe una infección y, precisamente, para defenderse, el ojo segrega mayor cantidad de esta sustancia o modifica su composición.

Información de la Clínica Oftalmológica Ocumed, de España, en su página web, asegura que hay que estar atentos si esta sustancia se segrega en una cantidad excesiva, si se presenta un aspecto purulento, si hay color amarillento o verdoso, si los ojos pican o rascan o si se siente dolor en la zona ocular. Algunas de las enfermedades más comunes que se evidencian a través de las lagañas son las siguientes:

Las infecciones mal tratadas en los ojos pueden ocasionar graves problemas para la visión. | Foto: franckreporter/Getty Images

Conjuntivitis

La secreción ocular es un síntoma común de la conjuntivitis, una inflamación de la conjuntiva, la membrana delgada que cubre lo “blanco” del ojo y la superficie interior de los párpados.

Además de picazón, sensación arenosa y ojos enrojecidos, la conjuntivitis habitualmente se presenta acompañada por una mucosidad blanca, amarilla o verde que puede formar una costra a lo largo de la línea de las pestañas mientras la persona duerme, explica el portal All About Vision.

La conjuntivitis puede ser viral, bacteriana y alérgica. La primera es muy contagiosa y es causada por un virus tal como el herpes simplex o el resfriado; mientras que la segunda es ocasionada por una infección bacteriana y puede representar una amenaza para la vista si no es tratada a tiempo. En el caso de la alérgica se desencadena por alérgenos como el polen, caspa, polvo y otros irritantes comunes que ocasionan alergias oculares.

Blefaritis

Esta es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación o infección de los párpados, concretamente en la zona en la que nacen las pestañas y donde se encuentran las glándulas de Meibomio, las cuales generan una serie de secreciones que forman parte de la lágrima, en la que abundan lípidos de diversos tipos.

Los síntomas de este padecimiento, según la Clínica Baviera, son entre otros, las lagañas de un aspecto amarillento o mucosidad blanca en el ojo, dolor, picazón, enrojecimiento y aparición de una especie de caspa en los bordes del ojo.

Orzuelo

Esta es otra infección ocular. El orzuelo es una glándula de Meibomio que se obstruye en la base del párpado, la mayoría de las veces debido a un folículo de pestaña infectado. Este padecimiento normalmente se presenta con enrojecimiento, párpados hinchados y sensibilidad en el área afectada. También es posible que se genere pus amarillo, costras en el párpado e incomodidad al pestañar.

Los orzuelos pueden ser causados por por una infección bacteriana y son un padecimiento ocular. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

“El orzuelo generalmente se resuelve por sí solo, pero es importante evitar apretarlo para extraer el pus a fin de reducir el riesgo de que la infección se disperse a otras áreas del ojo”, precisa All About Vision.

Úlcera corneal

Si la persona tienen dolor ocular, enrojecimiento, párpados hinchados, fotofobia y secreción ocular densa, podría presentar una úlcera corneal, una infección ocular o lesión en la córnea, bastante similar a un absceso, que en ocasiones, puede presentar un aspecto grisáceo. De acuerdo con los expertos, mientras más profunda sea la úlcera, más graves serán los síntomas que se presenten.

Estas úlceras representan una amenaza grave para la vista, ya que si no es tratada rápidamente, podría causar la pérdida completa de la visión. Según el caso, para su tratamiento el oftalmólogo podría recetar el uso de colirios antibióticos, antimicóticos o antivirales, e incluso, la inyección de medicamentos cerca del ojo.

Siempre que estas condiciones aparezcan, es importante consultar al especialista con el fin de determinar el paso a seguir, las causas de la posible infección y las señales enviadas por las lagañas.