La semana pasada el ex ministro de Minas y Energía Rodrigo Villamizar tuvo una noticia buena y una mala. La buena: que fue nombrado como miembro del consejo directivo de una compañía petrolera de propiedad del la familia del presidente de Estados Unidos, George Bush, la Global Energy Development Ltd. Y la mala: que fue condenado a prisión en Colombia por el escándalo del ‘miti-miti’.