Esta semana es definitiva para la comunidad LGBTI. En la Corte Constitucional se debate si las parejas del mismo sexo pueden o no adoptar. La decisión quedó en tablas hace unas semanas (4 votos a favor y 4 en contra) y el alto tribunal tuvo que seleccionar un conjuez para que decidiera ese empate.   Un día antes de que la corte pueda darle luz verde al tema, la exfiscal Viviane Morales inscribió un comité promotor para un referendo en la Registraduría. La congresista del Partido Liberal presentó 230.000 firmas para darle trámite a ese proceso de participación ciudadana. A su juicio, la decisión es tan importante para la sociedad, que no deberían ser nueve magistrados, sino el pueblo quien tenga la última palabra. La propuesta ha sido muy bien recibida en los sectores conservadores del país y en las comunidades religiosas, pero ha despertado un profundo debate jurídico y un enorme rechazo de los activistas de la comunidad LGBTI. Semana.com habló con ella a propósito de esta polémica. Semana.com: ¿Por qué debería haber un referendo para un tema tan trascendental como la adopción por parejas del mismo sexo? VIVIANE MORALES: Precisamente por eso, porque es trascendental. Los mecanismos de participación directa fueron diseñados en la Constitución para temas en los que el pueblo sea el llamado a definir el futuro de la sociedad. Estos son aquellos que tocan la fibra ética de la sociedad. Por eso creo que esta discusión debe ir a referendo. Semana.com: ¿Cuándo surgió la idea de convocar este referendo? V. M: En septiembre del año pasado, después de la sentencia de tutela de la Corte Constitucional sobre la adopción por parte de la pareja de Medellín. Para ese momento ya sabíamos que había una demanda de inconstitucionalidad en la Corte y pensamos que frente a esto lo único que cabe es una decisión popular. Por eso, pensamos en iniciar el tránsito al referendo y comenzamos a mediados de octubre a recoger las firmas. Sin embargo, estos mecanismos de participación ciudadana parecen construidos para que el pueblo no decida. La ley hace muy difícil el acceso a estos mecanismos. Semana.com: ¿A qué se refiere con “difícil”? V. M: Me refiero a recoger 230.000 firmas para inscribir al comité promotor, luego recoger más o menos dos millones desechando esas 200.000 que ya han sido avaladas, luego ir al Congreso de la República, luego a la Corte Constitucional y por último al pueblo. Es un mecanismo sumamente complicado. Semana.com: ¿En este proceso quiénes la acompañaron a recoger las firmas? V. M: Muchas personas que comparten esta idea, muchas iglesias cristianas, comunidad de base cristiana, jóvenes, gente de distintos orígenes sociales. Semana.com: ¿Qué función tiene el comité promotor y quiénes lo conforman? V. M: Son nueve personas de distintas profesiones, un comunicador social, una médica, una concejal, varios pastores. Es un equipo, una especie de una junta directiva que debe examinar e impulsar el tema. Semana.com: ¿Por qué cree que la Corte Constitucional no tiene la facultad para tomar esta decisión? V. M: No es la facultad, sino la legitimidad. Me parece que a una decisión como esta, tomada por una mayoría de cinco o seis personas, le falta una mayor legitimidad. Creo que en este tipo de decisiones, que son tan profundamente complejas y que tienen que ver con el fundamento cultural y ético de una sociedad, es bueno que el pueblo sea quien decida. Semana.com: ¿Cómo recibió usted la noticia de que sea un conjuez quien termine definiendo el rumbo de este tema? V. M: Eso lo que mostró es una profunda división. Primero porque la discusión en la corte quedó 4-4, lo cual demuestra que hay posiciones muy contrarias dentro de ese organismo. Y a mí, personalmente, me demostró la necesidad de que el tema se lleve a un referendo.    Semana.com: ¿Usted conoce al conjuez, José Roberto Hererra? V. M: Sí, él es rosarista como yo. En la universidad todos lo conocemos. Fue mi profesor de derecho laboral. Semana.com: Su iniciativa de referendo ha despertado muchas críticas. Hay quienes dicen por ejemplo que sorprende que una iniciativa de ese tipo provenga de una senadora del Partido Liberal. ¿Qué responde a eso? V. M: El Partido Liberal no ha definido sobre la adopción ninguna posición. Hace unos años el partido tomó la decisión de apoyar el matrimonio de parejas del mismo sexo. En ese momento 11 congresistas liberales votaron en contra de ese proyecto. Creo que la posición del partido no está muy representada en sus voceros en el Congreso. Además en estos temas existe la objeción de conciencia. Aquí no hay disciplina partidista. Semana.com: Usted es cristiana. ¿Qué tiene que ver esta iniciativa con sus convicciones religiosas? V. M: Mi debate ante el país es un debate abierto y de argumentos razonables. No lo presento como un debate netamente religioso. No desdeño el hecho religioso, como no se puede desdeñar la religión en ninguna sociedad porque es el sustrato cultural e histórico de las sociedades. Los argumentos que yo estoy dando son racionales, son controvertidos y de eso se trata. No estoy en fundamentalismos ni excesos religiosos. Semana.com: Otras personas dicen que usted está sometiendo un derecho de una minoría a la decisión de  las mayorías. ¿Qué piensa de esa interpretación? V. M: La adopción no es un derecho de las minorías. La Corte Constitucional en el año 2001 dijo en una sentencia que no existe el “derecho constitucional a adoptar”. Entonces yo quiero preguntar: ¿cuál es el derecho que dicen que a las minorías se le están quitando? No existe ese derecho. En segundo lugar, la minoría no sólo es un concepto cuantitativo, sino cualitativo. Aquí podemos hablar de una minoría que es la de los niños. Se trata de un sector muy desprotegido y vulnerable. Esa es la minoría que queremos proteger.