Natural Arpajou, directora y guionista argentina, obtuvo el premio a mejor largometraje en la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Villa de Leyva con su ópera prima Yo niña (2018). Esta película, ambientada en la década de los sesenta, cuenta la historia de una familia de hippies que deciden perseguir, con su hija de ocho años, otro modo de vida en un lugar remoto de la Patagonia argentina. Con un marcado tinte autobiográfico, a través de la pequeña Armonía —protagonista del film—, Arpajou se aproxima a sus propias experiencias de la infancia para entenderlas y narrarlas. En la película, los padres de Armonía optan por imponer a esta sus ideas sobre la religión, la alimentación, la educación y, en general, sobre el estilo de vida que deciden llevar. Sin terminar de comprenderlo, Armonía se ve sometida a difíciles situaciones personales. ARCADIA habló con Arpajou sobre algunos detalles de la película y sobre lo que para ella significó su rodaje.  En la presentación de Yo niña decías que para ti el cine se convirtió en una manera de vivir, y que llegaste a él sin esperarlo. Bueno, al cine no llego por casualidad, pero lo cierto es que nunca me había detenido a pensar que detrás de una película había una mirada particular del mundo. Luego conocí a algunas personas que hacían cine y comencé a explorar lo que a mí me interesaba, y ahí es cuando ingresé a estudiar guion y dirección. Ignacio Agüero y la divagación como estrategia antisistema Sí es cierto que el cine para mí se convirtió en una manera de vivir, básicamente porque me la paso 24 horas del día haciendo esto. Mi mundo se convirtió en estar “festivaleando” todo el tiempo. Casi todo lo vuelvo una película, paso noches enteras filmando, si no es que estoy dando una clase sobre cine. No tengo una vida normal para nada, pero para mí es una manera de vivir. De hecho, gracias al cine he conocido el mundo y me he conocido a mí misma. Yo niña es tu primera película. ¿Cómo fue la experiencia de pasar del cortometraje, un formato en el que ya eres bastante reconocida, al largometraje? Creo que la principal diferencia fue que todos los cortos los hice con amigos y con poco presupuesto. Eso hizo que en mis cortos tuviera la completa libertad para filmar lo que quisiera, como lo quisiera y las veces que fuera. El largometraje fue otra experiencia, y fue difícil, porque hubo la necesidad de pasar a tener horarios, un programa de rodaje, un tiempo y un presupuesto limitado.

Yo niña es también una película autobiográfica, en la que abordas situaciones muy difíciles de tu infancia. ¿Cómo fue tu experiencia durante el rodaje, en el que de cierta forma revivías estas situaciones? Para mí fue muy difícil filmar la historia de mi vida. Todo el tiempo tenía que estar decidiendo hasta dónde quería o no exponerme. Luego, filmarlo fue todavía más duro, porque el rodaje fue en el mismo pueblo en que transcurrió mi infancia y allí estaban mis padres y algunos conocidos. Por ejemplo, luego de ver la película, mi madre me dejó de hablar para siempre. Hoy yo le digo a mis alumnos que hay que hacer siempre cosas que sean cercanas a uno. “La fila es un retrato del capitalismo en el tercer mundo”: Carlos Osuna  ¿En algún momento sentiste que no podías más, pensaste en renunciar y no seguir adelante con la película? Todo el tiempo. Es que en general el rodaje fue realmente traumático y difícil para mí en muchos momentos, porque era volver pasar por todo por lo que pasé en mi infancia, era revivirlo. Hubo momentos en que me cuestioné si valía la pena lo que estaba haciendo, si había razones para haberme metido en esto. Es que fue tan fuerte todo, que incluso hubo una escena en la que comencé a llorar detrás de cámara y tuve que irme llorar a escondidas para que no me vieran. ¿Y sientes que valió la pena? Cuando comenzó todo el proceso de postproducción de la película, especialmente el proceso de montaje, ahí comencé a sentir que me reconciliaba con la película. Y esa sensación se confirmó y se confirma ahora, cada vez que veo la película con la gente, cuando veo cómo las personas se emocionan con ella, cómo ríen, lloran, cómo se sorprenden. Ahora realmente pienso que valió la pena haber pasado por todo esto, porque incluso hacerla me sirvió para entender muchas cosas y para sanar muchas otras.

Yo niña se llevó el Premio FÓSIL en la categoría Mejor Largometraje La protagonista de la película es una niña de ocho años. ¿Cómo fue trabajar con una niña sin ninguna experiencia actoral y que además es sometida en el rodaje a situaciones emocionales muy fuertes? A la niña actriz la cuidamos desde el principio. Nosotros le entregamos a los padres todo el guion para que lo leyeran y ellos mismos decidieron que la niña lo conociera todo. Eso es importante porque ella entendía prácticamente todo lo que pasaba en la película, y en especial todo lo que le sucedía a su personaje. Ya en lo que fue el rodaje, yo tomé la decisión de hablar con los padres y les dije claramente: “Si ella no puede estar en algo, ustedes nos dicen y la corremos”. Por eso con la nena manejamos un plan especial, en el que por ejemplo ella nunca estaba presente cuando rodamos las escenas de pelea entre sus supuestos padres. Al final la cuidamos mucho desde todos lados. Si se cansaba, se cansaba y parábamos todo. A un nene no lo puedes obligar a actuar, no les importa que haya dinero, que haya setenta personas trabajando, son nenes y ya está. Por ahí intentábamos que viniera su hermana, de que jugara con el perro, ese tipo de cosas que le permitían distraerse. Luis Ospina: un homenaje En la película vemos unos padres “antisistema”, que quieren para ellos y para sus hijos un modo de vida alternativo, lejos de lo urbano y muy vinculado a la naturaleza. Pero luego vemos que con cierto egoísmo imponen a su hija Armonía decisiones que la afectan profundamente. El tema general de la película conmueve a cualquier padre y cualquier madre, los motiva a cuestionarse y quizás hasta replantearse la relación que tienen con sus hijos. Si tenés un hijo, es importante entender que este es una vida; es común oír decir “mi hijo”, pero no es tu hijo, sino que es una persona a la que tenés que ayudar a formar. Personalmente opino que no está muy bueno que los padres impongan a sus hijos un montón de cuestiones como la religión, la educación, un determinando estilo de vida. Es una posición muy difícil para un padre, que por regla general siempre toma determinadas decisiones pensando que son las mejores para sus hijos. En le película lo vemos a través de estos padres que le imponen el hipismo como modo de vida a su hija. En la película claramente hay cierta mirada de que estos padres no decidieron nada. Yo siento que un padre, este en el extremo que este, defienda un modo de vida capitalista neoliberal o un modo de vida al estilo hippie, si tiene la capacidad de detenerse a preguntarse si está haciendo bien las cosas, entonces ya tiene una batalla ganada.