Hombres de poca fe 

Los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol en 2001, año en que Colombia ganó la Copa América, encabezados por el presidente Álvaro Fina, eran escépticos con que el plantel dirigido por Francisco Maturana alcanzara el título. Había sido destituido el Chiqui García y el torneo, que por primera vez tenía al país como sede única, estuvo a punto de cancelarse tras el secuestro de Hernán Mejía Campuzano, vicepresidente de la Federación. A la hora de pactar los premios, los jugadores solo decidieron pedir una importante suma en caso de salir campeones. No pactaron premios ronda a ronda, como es lo habitual. Los dirigentes se frotaron las manos. “No creían que la fuéramos a ganar”, reveló el arquero Óscar Córdoba en el documental que Semana TV estrenará este 29 de julio. El único que había preparado una celebración el día de la final fue el presidente Andrés Pastrana, la cual tuvo un desenlace inesperado.