Se le fueron las luces

Un repentino desmayo salvó a Reginaldo Bray, cabeza del escándalo de

22 de septiembre de 2003

Un repentino desmayo salvó a Reginaldo Bray, cabeza del escándalo de Dragacol, de atender la diligencia judicial que tenía la semana que pasó. Bray llegó a la Contraloría General esposado y escoltado por el Inpec pero al momento de presentar su declaración perdió el conocimiento y por la demora en su recuperación la diligencia tuvo que ser suspendida. El temor es que por las dilaciones que ha habido en el proceso éste pueda prescribir.