Leones y Jaguares: en Córdoba todo queda entre felinos

De la familia de los felinos, los leones son los más gregarios. Las hembras cazan en grupo y cuidan de los cachorros, mientras que el macho, líder de la manada o no, protege al grupo ante cualquier peligro. Los jaguares, por su parte, se esconden entre la vegetación o esperan en lo alto de los árboles, desde donde acechan a sus presas.

Cuando un equipo de béisbol o fútbol de otra ciudad llega a Montería, siente esa sensación de compañerismo y lealtad entre las escuadras del Sinú. Por eso, estos felinos han alcanzado algunos de los triunfos más importantes en la historia deportiva del departamento.

Fundado en 2003 como club de béisbol profesional, Leones tuvo su primera sede en Cartagena. Cinco años después, para la temporada 2008-2009, la franquicia llegó a Montería en reemplazo de los Cardenales. El primer mánager de ese periodo fue el dominicano exgrandes ligas Teddy Martínez. Desde su arribo a la capital cordobesa, Leones tuvo como gerente general, hasta 2017, al odontólogo Ulises Frías Galofre. En 15 años de historia, nueve de ellos han transcurrido en la Perla del Sinú.

En reemplazo de Frías llegó Lorian Argumedo. Ella comenzó un ascenso vertiginoso que la llevó, en poco tiempo, a ser desde 2017 la gerente deportiva de Leones de Montería. “Aquí se trabaja con una premisa: que los jugadores criollos tengan oportunidad en Leones y luego triunfen en otras ligas del mundo”, asegura.

En tierras cordobesas, Leones ha participado en ocho finales de la Liga Colombiana de Béisbol Profesional, al obtener tres títulos. El primero en 2015, bajo la orientación de Felipe Urueta, cuando se impuso ante Caimanes de Barranquilla. En la campaña 2016-2017 le ganó a Toros de Sincelejo (ambos títulos obtenidos frente a equipos dirigidos por el mánager Eddie Dennis). Y en enero de este año, una dramática serie que se definió en siete juegos contra Toros, coronó de nuevo a la novena local como campeona, bajo la conducción de Jair Fernández.

Ese logro les dio derecho a participar en la VI Serie Latinoamericana que se disputó en Managua, pero los felinos no pudieron asistir. “Hace falta más apoyo para el béisbol en Colombia. Si lo tuviéramos, seriamos potencia en el continente”, dice Argumedo.

Además de esos triunfos locales, Leones obtuvo el campeonato de la Serie Latinoamericana 2015 celebrada en Panamá, al derrotar en la final a los anfitriones Caballos de Coclé, una carrera contra cero, en el Estadio Nacional Rod Carew de Ciudad de Panamá.

Leones comparte con Jaguares, el equipo de fútbol, que ambos, con una corta historia, son los clubes con más proyección en sus respectivas ligas, y cuentan con un plus importante, el incondicional apoyo de sus fanáticos y de la Alcaldía, su patrocinador. En las gradas del Estadio Jaraguay es normal ver a las familias con la indumentaria celeste del equipo local. Fundado en diciembre de 2012, Jaguares debutó oficialmente en febrero de 2013; esa tarde jugaba de local contra Real Cartagena y le dio la primera alegría al pueblo cordobés cuando, al final del partido, el resultado indicaba una victoria por 2 goles a 1. “Con este equipo hicimos un sueño realidad. El de construir tejido social por medio de un deporte, el fútbol; un color, el celeste; y una marca, el jaguar”, comenta Nelson Soto, presidente del equipo.

El Jaraguay se convierte en una fortaleza cuando las 12.000 personas ocupan los asientos. Esas almas estuvieron allí en la definición del Torneo Postobón 2014 contra América de Cali; un marcador global de 5 a 2 los coronó campeones de la categoría Primera B, el primer título de su historia. Unos meses después ascendió a primera división al derrotar al Deportes Quindío en la final. Hoy se mantiene en esa máxima categoría con la dirección de José Manuel ‘Willy’ Rodríguez, y ya logró un cupo en la Copa Sudamericana, su primer torneo continental.

Como los felinos, estos equipos mantienen una estructura esbelta, un oído agudo y una excelente vista. Siempre al acecho, ambas escuadras están listas para cazar el próximo título y obtener la más valiosa recompensa: la alegría del pueblo monteriano y cordobés.