A Danilo Dueñas no le importa que la abstracción haya surgido en Europa y haya tenido un fuerte desarrollo en Estados Unidos. Al artista le interesa la abstracción como una realidad del arte latinoamericano actual, que por el solo hecho de darse en este contexto, apoyarse en otras experiencias y producirse en estos momentos, contiene propósitos originales, connotaciones diferentes y una estética inédita y particular. Su exposición en el Centro Cultural William Shakespeare recoge ejemplos de distintas épocas de su producción y constituye un estimulante recorrido en el cual afloran todo tipo de comparaciones y de sugerencias. Su obra es densa, refinada, y ha estado siempre concatenada con la evolución del arte moderno. En ella se reconocen alusiones a movimientos de vanguardia como el suprematismo y el expresionismo abstracto, y en ese sentido permite establecer una comparación con el constructivismo suramericano de Torres García, el cual bebió libremente en las fuentes del arte de otras latitudes pero para llegar a planteamientos originales y profundos que posteriormente enriquecieron el desarrollo de todo el arte occidental. A pesar de estas relaciones de tipo pictórico, su trabajo también acusa nexos con el conceptualismo, hasta el punto que algunas de sus obras, cuyos elementos provienen de construcciones previamente elaboradas e incluyen libros con títulos elocuentes, podrían calificarse como pintura readymade. La muestra se orienta además a demostrar la importancia del soporte y su función no sólo como receptor sino como generador y parte integral de las ideas y argumentos que se despliegan en su superficie, reiterando el espíritu analítico y lucubrador de sus composiciones, ensamblajes y relieves.