Director: Alan Rudolph Protagonistas: Nick Nolte, Julie Christie, Lara Flynn Boyle, Johnny Lee Miller Buena parte de la historia de la literatura, y la del cine también, está dedicada a reinventar el amor, a mirar todas sus formas y manifestaciones de acuerdo con la época y las circunstancias siempre cambiantes de la seducción. Después de la pasión es un intento más de aproximación al fenómeno. Mediante un complejo argumento que va desenredándose a medida que transcurren los minutos, la película narra la historia de dos parejas totalmente opuestas que por circunstancias casuales terminan entrecruzando sus vidas. La primera es un matrimonio joven que después de llegar al tope de sus aspiraciones de comfort entra en crisis por el deseo de la esposa de tener un hijo. La segunda está conformada por una actriz de cine en retiro (Julie Christie) y un todoterreno de las reparaciones hogareñas (Nick Nolte) que vive de seducir a sus clientas solitarias. Una de ellas es, precisamente, aquella mamá frustrada quien, en vista de la pasividad de su marido, decide desfogar todas sus ansiedades con el atractivo obrero recién aparecido. Mientras tanto, por esas curiosidades del destino, los dos traicionados terminan conociéndose sin saber que sus respectivos cónyuges son amantes. Aunque se trata de una historia con cuatro personajes bien delineados el peso de la trama recae en Julie Christie, tanto que su interpretación le valió una nominación al Oscar en la categoría de mejor actriz el año pasado. Ella hace las veces de una frustrada actriz que pierde a su hija tras confesarle a su esposo que no es su verdadero padre. La presión de semejante culpa marcará el tono de la cinta toda vez que dejará sentada la posibilidad de que su drama vuelva a repetirse, esta vez con otros protagonistas. Hecho director bajo la tutela de Robert Altman, Alan Rudolph _el mismo de Los modernos_ traza una parábola sobre el amor que, como las buenas novelas, amerita más de una ojeada