"Quien quiera puede hacer un cuadro mío", confesó en alguna ocasión el artista venezolano Jesús Rafael Soto. Esta frase resume la intención de la artista con su obra. Lo más importante de ella es el propio espectador. Como lo explica el crítico Alfredo Boulten En Soto el espectador es quien promueve la vida del objeto, y en esa actitud se vuelve el factor más importante del acontecimeinto plástico. "El espectador, en Soto, se transforma en un animador de arte, un hacedor de imágenes, pues es él quien transmite por medio de su acción, de su movimiento, una vida especial al objeto inanimado", dice Boulten.El experto en arte José María Iglesias: "Pocos artistas pueden presentar una obra tan coherente en su trayectoria como este venezolano afincado en París desde los años heroicos del inicio de la década de los cincuenta". Soto ha expuesto en los museos más importantes del mundo como el Centro george Pompidou de París, el Guggenheim de Nueva York y el Museo de Hirshhorn de Washington.El año pasado la revista SEMANA hizo un sondeo entre críticos y curadores de los museos más reconocidos de latinoamérica para establecer cuáles son los artistas más importantes del continente en el último siglo. Soto gozó de un gran consenso. Su nombre es inevitable a la hora de hablar del más alto nivel del arte en los últimos años. Vive en París y su obra estará durante un mes en el Museo de arte Moderno de Bogotá.