Estas películas protagonizadas por los grandes monstruos de la historia pueden dar como resultado experimentos inteligentes en la línea del Drácula (1992) de Francis Ford Coppola o desastres nobles del estilo del Frankenstein (1995) de Kenneth Branagh. Y aquí estamos frente a una nueva versión de El hombre lobo, la emblemática película de 1941 que protagonizó Lon Chaney Jr., con el corazón hecho un puño: no porque dé miedo (que no da ni un poco) o porque su drama conmueva (que no lo hace ni por un segundo), sino porque desaprovecha un elenco estupendo, una historia maravillosa y una atmósfera que podría decir mucho sobre nuestro paso por el mundo: es, en pocas palabras, un desastre sin nobleza. **** Excelente ***1/2 Muy buena ***Buena **1/2 Aceptable **Regular *Mala