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¡FORD Y KISSINGER EN "DINASTIA"!

¿Qué hacen Blake, Alexis, Gerald y Henry departiendo alegremente de un baile de caridad?

26 de marzo de 1984

Desde que Nancy Reagan, la dignísima primera dama de los E.E. U.U., apareció retratada sobre las piernas de Mr.T, personaje de la farándula a quien han hecho famoso su facha de mohicano negro y sus trajes de satín y lentejuelas rosas --amén de sus atrevidas confesiones sobre prácticas homosexuales y complejo de Edipo--, la capacidad de asombro del pueblo norteamericano parecía haber quedado completamente domesticada. El transcurso de los días, sin embargo, habría de traer una nueva y mayúscula sorpresa. El escenario, en esta oportunidad, fue la exitosa serie de T.V. "Dinastía", cuyo capítulo 37--que próximamente será visto en Colombia--traía una verdadera bomba: la presencia de dos distinguidos invitados, el ex presidente Gerald Ford y el ex secretario de Estado Henry Kissinger, trasplantados en carne y hueso al mundillo en el que atropelladamente vienen sucediéndose las prosaicas tragedias que atormentan a la familia Carrington.
Al televidente, asombrado, no le queda más remedio que pestañear al ritmo de su incredulidad, a medida que la escena transcurre y la malvada Alexis intercambia un familiar saludo con Henry Kissinger en la sede de un baile de caridad: "Hola, Henry: ¿Cuánto tiempo sin vernos?'-. Tampoco parece tener mayor sentido la camadería que ponen de manifiesto la pareja Carrington y el matrimonio Ford cuando casualmente se cruzan en el mismo evento: Blake, el magnate de Denver, es bienvenido calurosamente por Gerald, el ex presidente norteamericano, en los siguientes términos: "¿ Cómo está, señor Presidente?". "Muy, muy bien, Blake. Qué maravilla verte. Y a tí, Kristel... "
Entre una escena y otra la familia Carrington se ve comprometida en delicadas situaciones. Alexis se hace amante de un empleado de su exmarido, su ex-marido anuncia nuevas nupcias con Kristel, su segunda exmujer, el hijo mayor de Alexis y Blake descubre que es el padre del vástago que espera la segunda esposa de su ex-cuñado, y el hijo menor, superado su homosexualismo y ahora felizmen te casado con quien unas semanas antes ha sido dada de alta de un sanatorio mental, accede a reanudar relaciones con su padre, largamente sus pendidas por caprichosa imposición del destino.
¿Qué hacen, en medio de este agitado torrente de pasiones, un ex presidente y un ex secretario de Estado norteamericanos?
La explicación es menos complicada de lo que parece. Los guionistas de la serie se inspiraron, para crear el personajes de Blake Carrington, en un magnate de la vida real, Marvin Davis, cuya fortuna está catalogada como una de las cinco más grandes de los EE. UU. Casado, con 5 hijos, 57 años y mucho menos buen mozo que Blake, Davis ingresó al negocio petrolero después de la II Guerra Mundial, adquiriendo concesiones a precios relativamente bajos. En 1981 compró el 50% de la 20th Century Fox y en la actualidad dedica a dicha compañía la mayor parte de su tiempo. Es famoso por su derrochadora existencia que habilmente combina con espectaculares obras de caridad, como un famoso baile que anualmente organiza con fines benéficos en su ciudad natal, Denver, al que asisten las más distinguidas personalidades de la política, la cultura y la sociedad norteamericanas.
Fue en este evento donde los guionistas de la serie resolvieron enfrentar al magnate de ficción con el de la realidad. Carrington y Davis, efectivamente, se dan un caluroso apretón de manos a la entrada del gigantesco salón de baile, donde en calidad de invitados especiales se encuentran Kissinger y Ford. Estos dos acceden, inspirados por los ánimos altruístas del evento, a actuar unos segundos ante la cámara de T.V., otorgando a los fantásticos protagonistas de "Dinastía" tratamiento de personajes de la vida real. Y el resto de los presentes se suma a la simpática farsa aplaudiendo emocionadamente cuando Blake Carrington, anunciado previamente a través de un micrófono por el propio mecenas de} evento, Marvin Davis, revela la "chiva" de que Kristel ha aceptado casarse nuevamente con él, después de haberlo abandonado durante una larga y penosa temporada.
Y colorín colorado, el capítulo 37 de "Dinastía" ha terminado. No así la larga lista de tragedias que persigue como una maldición a la familia Carrington, mientras millares de televidentes alrededor del mundo aguar dan impacientes el próximo capítulo de la serie, bajo el convencimiento de que ya nada puede conmover su asombro. ¡Ni siquiera algo tan inesperado como que la insinuante Alexis, por ejemplo, logre seducir cualquier día de éstos al nuevo presidente de la URSS, el septegenario Konstantin Chernenko!. -