En una oficina chapada a la antigua, tres ejecutivos y una secretaria, en medio de un ambiente desapacible, observan con aburrimiento lo que los rodea. Súbitamente, un "bombillazo" les revela el motivo de la monotonía: los muebles están definitivamente pasados de moda. No vacilan un minuto y los botan por la ventana. Cuando llega el nuevo mobiliario, la oficina cobra nueva vida. Sin embargo, algo más parece desentonar: la anciana secretaria que acuciosamente toma notas al lado de la ventana. Uno de los ejecutivos, ni corto ni perezoso, soluciona el problema lanzándola al vacío.Este es el contenido del comercial de TV de una nueva línea de muebles de oficina de la firma Artecto que tanto revuelo causó el año pasado. No acababa de salir al aire, cuando se convirtió en el blanco de las más airadas críticas. Nunca antes una cuña había producido tantas protestas de los televidentes que manifestaron su desagrado a través de innumerables cartas enviadas a los medios especializados, hasta el punto de que sus quejas encontraron eco en la sección editorial de El Tiempo. El meollo de las críticas radicaba en lo que muchos consideraron ser un tratamiento injusto de la vejez, pues resultaba inadmisible equiparar a una fiel secretaria con un mueble viejo, al otorgárseles el mismo tratamiento de desecho. No faltaron quienes, incluso, señalaron con el dedo al mismo Inravisión, por haber aprobado el comercial. La polémica tuvo un punto final, cuando Inravisión solicitó a la agencia publicitaria que le metiera tijera a la escena. A partir de ese momento, la secretaria volvió a formar parte de la nómina del comercial y lo único que terminaba arrojándose por la ventana eran los muebles viejos.Paradójicamente, este comercial con todo y secretaria empujada por la ventana, fue recientemente premiado con un segundo lugar en la FIAP 83 (Festival Iberoamericano de la Publicidad), celebrado en Madrid.¿QUE HAY DETRAS? Quienes vieron el comercial con buenos o malos ojos, jamás imaginaron que botar una secretaria por la ventana implicara tanto trabajo.El comercial fue producido por la agencia Esfera Publicidad a un costo de 700 mil pesos, sin incluir el valor de los muebles viejos -cerca de 200 mil pesos- que quedaron hechos trizas. La realización duró dos días y la criticada escena de la secretaria fue filmada seis veces, lo que le implicó a la actriz seis caídas reales apenas amortiguadas por un colchon.Ana de Caicedo, la secretaria del comercial recibió 25 mil pesos por los "rebotes". Ante la avalancha de críticas que la consideraban como una maltratada ancianita, se presentó a la agencia cuando la polémica estaba en su apogeo y afirmó que estaba "dispuesta a hablar". En su opinión, "no creo que se esté faltando respeto a la vejez, ni que se esté lesionando la dignidad humana. Lo que tiene el comercial es una dosis de humor y es así como hay que entenderlo". Precisamente, los jurados de la FIAP 83 destacaron este ingrediente al concederle el premio y anotaron que estaba acorde con las tendencias internacionales publicitarias, que buscan una comunicación muy directa con el consumidor y vinculan un poco de humor al mensaje.En este mismo certamen fueron mencionados otros comerciales coIombianos como el de Caracol Radio, "Los Tolimenses monjes"; un aviso para la Alcadía Municipal de Popayán, y una cuña de radio de Carbocol. La distinción otorgada al comercial de Artecto demuestra una vez más la verdad del refrán popular: "nadie es profeta en su tierra".