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Laura Hassler. | Foto: Archivo particular

ENTREVISTA

“La música puede ayudar a unir”

Laura Hassler es la fundadora de Músicos sin Fronteras, una organización que trabaja en lugares afectados por la guerra para tender puentes a través del arte. SEMANA habló con ella durante su visita a Colombia.

11 de octubre de 2016

Laura fue una de las invitadas al Seminario Internacional de Música para la Transformación Social, organizado por la Fundación Batuta, que se llevó a cabo en Bogotá con más de 50 experiencias de todo el mundo.

Semana.com: El eslogan de Músicos sin fronteras es “La guerra divide, la música conecta”, ¿cómo funciona en la práctica ese poder de la música?

Laura Hassler: Lo que nosotros hemos visto es que cuando varias personas hacen música de forma conjunta, y con una guía especializada, se generan conexiones emocionales entre ellas. Eso lo han estudiado incluso los neurocientíficos: la música tiene la habilidad de fortalecer o de crear empatía entre las personas y es una herramienta muy efectiva para apoyar procesos de reconciliación y el tratamiento de traumas. Nosotros la usamos para ayudar a unir a quienes se distanciaron en medio de los conflictos y para curar heridas emocionales muy profundas.

Semana.com: Usted nació en una familia de activistas por la paz, por lo que el trabajo social lo lleva en la sangre, pero ¿cómo descubrió a la música?

L.H.: Yo siempre he hecho música. Crecí en una comunidad cooperativa, con personas de orígenes diferentes, donde siempre cantábamos juntos. Mis papás trabajaban como profesionales en el Movimiento Internacional por la Paz y yo me volví músico profesional hace 30 años. Ambas cosas influyeron mi vida y se juntaron cuando decidí crear esta organización 15 años atrás.

Semana.com: Uno de sus proyectos más reconocidos está en Kosovo…

L.H.: Allá hay dos grupos étnicos (serbios y albanos) y la gente normalmente crece sólo con personas de su etnia y ve a los demás como enemigos. Pero nosotros tenemos una escuela de rock y cuando ponemos a jóvenes de los dos grupos étnicos en la misma banda y no los tratamos como serbios o albanos, sino como guitarristas, cantantes o bateristas, empiezan a cambiar los imaginarios. La conexión sucede a través de la música, no hay que forzarla. Se convierte una conexión genuina.

Semana.com: ¿Han logrado esa misma conexión en el medio oriente con israelís y palestinos?

L.H.: No. Actualmente no es posible porque hay un muro e Israel tiene asentamientos que no están permitidos en Palestina. No es un conflicto igualitario. De hecho, hasta que no termine o merme esa guerra, nuestro rol no puede ser apoyar la reconciliación. Sentimos que, por ahora, los palestinos nos necesitan más y allá estamos para que los más jóvenes puedan crecer con una influencia positiva en medio de una vida llena de cosas negativas.

Semana.com: ¿Y cómo funciona la música cuando el objetivo es sanar traumas personales?

L.H.: Es algo similar, pues muchas personas tienen desconexiones internas causadas por experiencias duras. Nosotros tenemos un proyecto en Ruanda, donde muchos crecen con el estigma de haber nacido con VIH debido a las violaciones masivas. Allá la música es un espacio donde los niños y la gente joven (trabajamos especialmente con las mujeres) se sienten seguros. Cuando encuentran esa seguridad, la autoconfianza se recupera y llega la sanación.

Semana.com: ¿Los músicos locales están involucrados en los proyectos o sólo van expertos de afuera?

L.H.: Los proyectos los diseñamos y construimos con socios locales. Ellos toman el control. Además, no mandamos a nuestros expertos a trabajar directamente con la comunidad, sino a entrenar 20 o 30 músicos locales, que son quienes finalmente trabajan con la población. Dejamos la capacidad instalada para que al final los proyectos sean manejados por ellos mismos. En otros casos las organizaciones son quienes nos llevan.

Semana.com: Colombia está en un momento histórico. El gobierno y la guerrilla alcanzaron un acuerdo de paz, pero el país está polarizado y dividido. ¿Cómo puede ayudarnos la música a sanar las heridas?

L.H.: Esa es una buena pregunta y aún estoy tratando de encontrar la respuesta. Lo que yo sé es que hay que trabajar en las regiones e involucrar a los músicos. Para mi ellos ven más allá de las divisiones políticas y pueden ayudar a unir. Además hay muchos que ya están haciendo ese trabajo en Colombia. Ellos sí pueden tener la clave.