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LOS TRAPOS AL SOL

La última novela (autobiográfica) de José Donoso resume la desesperanza de los exiliados, el fracaso patronal, la frustración de la vida conyugal gastada...

20 de septiembre de 1982

"El jardín de al lado" se abre con el amargo poema de Cavafis que termina con este apóstrofe: "La vida que aquí perdiste la has destruído en toda la tierra" Para los exiliados forzosos, los hispanoamericanos del montón que emigran de sus tierras llevando a cuestas su carga de esperanzas, la dulce Europa constituye una decepción.
Con franqueza irónica y a veces sádica, José Donoso recrea la angustia de esas existencias pendientes como de un hilo de las noticias siempre contradictorias, de las remesas que nunca llegan. La narración se sostiene en dos símbolos, dos jardines que en realidad son uno solo: el perteneciente al duque de Andia, contiguo al piso madrileño que un pintor rico y famoso presta a una pareja de chilenos, otoñal y decepcionada, para que lo habiten durante un verano, y el sembrado de magnolios, naranjos y damascos que rodea la casa de Santiago, donde agoniza la madre a quien el hijo no volverá a ver. De ambos se excluye a los desterrados, como a los primeros hombres del Edén. El de Chile se clausura con la muerte de la madre, y el del palacio, que posee "el muro blanco y ciprés erguído" jamás abrirá sus verjas a los advenedizos, condenados a flotar en el vacío. Y a soportar todavía otra expulsión: la del tiempo que evoluciona y modifica las condiciones políticas en el país de origen, convirtiendo a los ausentes en sombras, como si hubieran muerto.
Por si lo anterior fuera poco, en la novela se suman a los fracasos de la generalidad los personales de los protagonistas, comenzando por su gastada vida conyugal, ya sin estímulo para la fantasía --con el agravante de un hijo que abandona a sus padres a fin de librarse de sus frustraciones-- y continuando con el del autor, cuya novela rechazan las editoriales españolas. En este punto es como si las quejas del arrinconado escritor brotaran de un fuego cuyo rescoldo aviva el mismo Donoso. Abundan las pullas a García Márquez, a Fuentes, a Cortázar. Con rasgos comues a éstos se construye un nuevo personaje: el novelista Marcelo Chiriboga, a la vez admirado y odiado por sus émulos.
(Según Cyril Connolly: "Quien admira es un enemigo potencial"). Otras declaraciones destilan despecho al identificar al autor con "los que vimos nuestras carreras literarias coartadas por la mafia del Boom que saturó el mercado, dejándonos fuera" (En parte, el caso de Donoso). Y si al menos la vieja concupiscencia se saciara con lo que descubre al espiar el jardín ducal. Pero las orgías que se desarrollan entre sus follajes parecen una derivación de las protagonizadas hace siglos, en las cortes de los Césares romanos. Al expatriado le está permitido únicamente contemplarlas a hurtadillas, separado por el grueso cristal de la ventana. Para él, hasta las bacanales resultan ajenas, como lo eran las descripciones de Tácito y Petronio, devoradas en la adolescencia.
Solo queda para Donoso -autor-protagonista, el recurso de su furiosa sinceridad, acaso "manoseo de las heridas propias", con riesgo de infectarlas, pero vehículo para producir esta especie de documento, casi un memorial, sobre las indelicadezas, degradaciones y pequeñas-grandes infamias a que apelan para sobrevivir los miembros de la colonia. Como es típico en el autor de "El obsceno pájaro de la noche", al lirismo de la mejor escuela mezcla el inconfesable placer de hurgar en la cloaca. Al fin se interrumpe la exhibición de llagas mayores y menores para dar una solución ingeniosa y sorpresiva. El protagonista y su mujer encuentran la manera de reemplazar el Edén prohibido, con el ejercicio de profesiones honorables y bien retribuídas. Sinembargo la salida no satisface al lector, como si se hubiera optado por el camino más fácil y convencional, sin desatar el verdadero nudo de la novela: averiguar si José Donoso realiza o no el propósito que le interesa. No es otro que el de colocarse definitivamente en pie de igualdad con los más grandes.
Lo considera un derecho no solo suyo sino de Chile, el único país hispanoamericano que ha merecido en dos oportunidades el Premio Nóbel. El final, pues, no ha sido escrito todavía.
Permanece en manos de los lectores para que otorguen su fallo afirmativo o negativo. Por lo pronto, en "El Jardín de al lado" deja constancia Donoso de su opinión sobre que la lucha política no debe involucrarse a la literatura. Sabe muy bien, como lo reafirma, que "la gran novela no ha sido jamás una novela de conviccionesha sido siempre la novela del corazón."
jose donoso
Nacimiento: Santiago de Chile.
Fecha: 1924
Estudios secundarios y universitarios en Chile y Princeton.
Cargos desempeÑados:
Profesor de literatura inglesa en la Universidad Católica de Chile. Redactor de la Revista "Ercilla". Profesor en el Writers Workshop de la Universidad de Iowa y en las Universidades de Princeton y Darmouth.
Obras Publicadas:
"Veraneo y otros cuentos" (relatos) 1955 (Premio Municipal de Santiago).
"Coronación" (novela) 1958.
"El Charlestón" (cuentos) 1960.
"Este domingo" (novela) 1966.
"El lugar sin limites" (novela) 1967.
"El obsceno pájaro de la noche" (novela) 1970.
"Historia personal del boom" (ensayo) 1972.
"Tres novelitas burguesas" (novela corta) 1973.
"Casa de Campo" (novela) 1978 (Premio de la Crítica Española).
"La misteriosa desaparición de la marquesita de Loria" (novela) 1980.
"El jardin de al lado" (novela) 1981.
Después de pasar varios años en España ha regresado a Chile y reside en la actualidad en Santiago.