País: Colombia-SueciaAño: 2016Directores: Óscar Ruiz Navia y Anna EbornGuion: Óscar Ruiz Navia y Anna EbornActores: Cecilia Navia, Juanita Escobar, Carmen Ruiz NaviaDuración: 71 minViendo esta película, dirigida por el caleño Óscar Ruiz Navia (El vuelco del cangrejo y Los hongos) y la sueca Anna Eborn, pensaba que quizás habría sido mejor experimentarla como una de esas videoinstalaciones que se pueden ver en museos y galerías de arte, de tiempos distendidos, a las que uno puede entrar y salir, saboreando paisajes, colores y texturas sin echar de menos un hilo narrativo que los una.Pero en una sala de cine, condicionados como estamos a esperar historias y diálogos y evoluciones de los personajes, la lentitud y los largos seguimientos de la cámara en ellos hacen que estos 70 minutos parezcan bastante más.Le sugerimos: La bodaA nivel temático, Epifanía tiene un punto de partida muy rico: las relaciones entre madres e hijas, y los fantasmas y expectativas que las rodean.Se desarrolla en tres capítulos independientes: el primero muestra el contacto telepático en la isla de Fårö entre una mamá que muere (Cecilia Navia, madre de uno de los codirectores) y su hija (Juanita Escobar); el segundo sucede en Cali y sigue a una mujer (de nuevo Cecilia Navia) primero en un temascal –una especie de sauna tradicional de los indígenas de Norteamérica– y luego llevando flores a la tumba de su madre; y el tercero, en algún lugar de Canadá donde se ve a una niña pequeña jugando en la nieve con su abuela (Cecilia Navia) y luego en su entorno familiar con su madre embarazada (Carmen Ruiz Navia).Situada en ese limbo gris entre lo claramente documental y lo ficticio, Epifanía es sobre todo un experimento visual que no revisa las posibilidades expresivas y conceptuales de esa zona gris de la docuficción, en la que coinciden la credulidad del público y el efectismo de los realizadores.El elenco, conformado en buena medida por parientes de Ruiz Navia, aparece sin explicación en uno u otro continente, baila en algún momento, en otro se ven películas antiguas de Suecia o de una Cali en la que los niños iban elegantes a las piñatas, pero la yuxtaposición de imágenes no ofrece mucho más que el placer de sus colores y movimientos.Le puede interesar: El viaje de JeanEn una entrevista con la revista Diners, Ruiz Navia señalaba que esta película lo había ayudado a hacer una especie de sanación en la relación con su madre; pero dejando de lado la explicación y basándonos solamente en lo que se ve, es difícil sentir que algo importante esté ocurriendo durante la mayor parte del tiempo.Sí hay una excepción al final: un momento dramático, incómodo, vital, con visos de trascendencia. Pero está tan desligado de lo que vino antes que su luz interna, aunque memorable, no alcanza a afectar al resto.Más representativa de Epifanía en su opacidad y lentitud es la escena en la que una niña golpea un teclado aleatoriamente durante más de medio minuto, sin ganas, mirando al techo, al piso o a la cámara y casi nunca al instrumento. Tiene, claro, la fuerza de lo cotidiano y lo inmediato, pero sin una articulación precisa queda también como un gesto caprichoso, sin sentido, del artista que considera que música y ruido son la misma cosa, y que de malas quienes no lo sientan así.CARTELERALa odisea ** 1/2Biografía de Jacques Cousteau que cubre de forma convencional sus relaciones familiares y exploraciones marinas. Thor Rangarok ***La nueva entrega del superhéroe hijo de los dioses vikingos sazona la acción con una dosis generosa de comedia. La boda ***Una muchacha de origen paquistaní y criada en Europa debe negociar su existencia en ambas culturas al momento de escoger un marido.El seductor ***Sofía Coppola rehace la película de 1971 sobre un soldado yanqui que altera la vida de varias mujeres en un instituto educativo, durante la guerra civil estadounidense.