País: ArgentinaAño: 2017Director: Lucrecia MartelGuion: Lucrecia Martel, a partir de la novela de Antonio di BenedettoActores: Daniel Giménez Cacho, Lola Dueñas, Matheus NachtergaeleDuración: 115 minEl libro de Antonio di Benedetto en el que está basada esta película comienza con una dedicatoria –“a las víctimas de la espera”–, que bien podría aplicarse a esta reflexión aguda que tiene tanto que decir sobre el carácter y la naturaleza de ese ser americano profundamente extraño (y extrañado), que se creó cuando el Viejo Mundo se encontró con el Nuevo y de cuyo choque somos todos herederos.Está situada en el siglo XVIII y, en ese sentido, parece marcar un rompimiento con las tres películas anteriores de Lucrecia Martel que giraban, invariablemente, en torno al mundo cerrado de la burguesía de la ciudad de Salta (al norte de Argentina), diseccionada agudamente para revelar sus ritmos secretos, sus culpabilidades, sus sonidos y silencios.Pero quizás habría que ir más allá de las diferencias obvias para ver las continuidades: acá sigue la fijación por individuos solitarios, alienados, que se sienten desconectados de su contexto, todas situaciones existenciales inciertas que Martel transmite (y refuerza) magistralmente a partir de la interacción básica de imágenes y sonidos.No hay ningún director en el presente que pueda, como Martel, capturar esta versión particular de la angustia que se manifiesta, agridulcemente, entre lo cómico y lo dramático.Don Diego de Zama, el personaje central, es mostrado como una alternancia memorable de languidez, ofuscación, resignación y desespero por el mexicano Daniel Giménez Cacho, que interpreta a un funcionario menor en la empresa colonial española (nunca quedan claras sus responsabilidades), que se ha quedado languideciendo en una pequeña población esperando sus sueldos atrasados y un traslado a Lerma, una ciudad más grande, donde están su esposa e hijos.La espera es el punto central de su vida y todo lo que lo rodea no hace más que acentuar el carácter temporal de su paso por esos paisajes, ya sean los colores aplanados de la naturaleza –más afines a la melancolía de un pantano que a la exuberancia de una selva–, o los sonidos agudos, cambiantes y rítmicos de un entorno que le resulta incomprensible.Pasan algunos eventos, algunos de ellos incluso dramáticos, pero Martel los muestra distantemente, aplanándolos, como si la espera fuera un estado en el que la sucesión temporal se trastoca hasta frustrarse por esa fuga hacia el futuro en la que vive su protagonista.Es interesante que la frustración acá viene tanto de unas estructuras burocráticas inaccesibles como de la simple languidez de una tierra en la que las promesas ni se cumplen ni se incumplen, sino que quedan en el aire, suspendidas, como inmunes a la lógica o al devenir.Cabe advertir que es una película con una temporalidad difícil, incómoda para los espectadores que esperan una historia clara o un propósito definido que hile lo que sucede. Aun así, a partir de esa incomodidad Zama se hace unas preguntas terriblemente certeras sobre lo que significa ser americano, sobre esa sensación de vivir en un ‘mientras tanto’ que, sin entenderse cómo, parece haberse convertido en un ‘para siempre’. nCARTELERAEl joven Marx••Retrato biográfico desganado de Marx y Engels durante la creación de El Manifiesto comunista.Todo el dinero del mundo**1/2La negociación tras el secuestro del nieto de Jean Paul Getty en 1973 es la base de esta película de Ridley Scott.Proyecto Florida***1/2Película al mismo tiempo luminosa y dramática que sigue a una madre y su hija de 6 años que viven en la pobreza en un hotel en la costa de Florida.El hilo fantasma****Exquisito filme de Paul Thomas Anderson que retoma elementos del melodrama clásico de Hollywood para retratar una relación de pareja.