La ciudad de IsDaniel ArangoEd. Instituto Caro y CuervoBogotá, 1996Hace tiempo que no se tenía noticia de Daniel Arango, pero en días pasados entregó un libro en el que se han recogido sus notas y ensayos sobre literatura, cine, arte, docencia y política educativa. Y en verdad resulta una delicia leer sus páginas, pues están repletas de referencias culturales bien digeridas y bien administradas y de planteamientos novedosos. Resultan de especial interés su ensayo sobre Porfirio Barba Jacob, así como el muy polémico sobre J.A. Silva. Su estudio sobre la tragedia griega, que es por su extensión y su envergadura un libro, constituye una didáctica y completa introducción al tema. También hay que destacar sus planteamientos y análisis sobre la educación en el país, tema que domina por haber sido ministro del ramo.Las entidades sin animo de lucroCesar Torrente Bayona y Luis Eduardo BustamanteEd. Cámara de Comercio de BogotáBogotá, 1996Este es un libro de consulta para cámaras de comercio, instituciones sin ánimo de lucro, abogados, empresarios y estudiantes. Analiza el origen de las entidades sin ánimo de lucro, sus antecedentes y los desarrollos normativos que las reglamentan; describe su calificación; hace el análisis de las disposiciones que las obligan a registrarse en las cámaras y expone los criterios y normas que establecen la facultad de inspección y vigilancia por parte del Estado de las instituciones de utilidad común que dependen de él. Viene también un suplemento normativo con las disposiciones clasificadas.De la mesa y sus placeresLuis ZalameaEditorial VoluntadBogotá, 1997Gocetas del buen comer, el poeta y novelista Luis Zalamea, hermano de Jorge, ha escrito su libro gastronómico, mezcla de sapiencia literaria, de recetas muy personales y de historia culinaria. El material está organizado en forma convencional: aperitivos, platos fuertes y postres. Por ejemplo, cuenta el origen de la tortilla de patata española y da la receta de una sin papas y sin huevos; proporciona la fórmula ideada por Cleopatra de la 'ensalada de perlas' y echa la historia de que la palabra 'carajo' tuvo su origen en una interjección de Fernando el Católico. Rico de leer y de experimentar.