OLOR A SEXO

Heriberto Cogollo (Cartagena, 1945), reagrupa el obsesionante trópico Caribe a través de las salas de la Galería Art Conseil de París donde Jorge Alyskewycz lo ha invitado para presentar en este verano europeo pequeños formatos. Cogollo es un pintor con largos años de trabajo y experiencia dentro de una paleta de estructura clásica donde juega lo orgánico y se mezcla con el color y la línea; sostiene el valor y el rigor humano hasta los límites de un nuevo hiperrealismo.
Cogollo es moderno y penetrante, picante, y su obra nos seduce por ese lenguaje enérgico que proyecta luces y movimiento en sus personajes. La aparición de saetas-bumerangs que cortan fríamente los cuerpos, dan mayor fuerza y dimensión al espacio donde están articulados. La obra respira una constante inventiva, el no querer dejarse encerrar en el dibujo mismo. Instantáneas fuertes y sensuales de un plástico con tiempo y visión Caribe. Es a través de un juego metamorfoseado de imágenes que se crea una fusión con un tema femenino, como existe el lirismo de un canto Caribe donde se despiertan la belleza y el espíritu plástico de la negritud; tradición y rituales ancestrales que se imponen con matices disueltos en un clima sereno y sensualmente espontáneo. En Cogollo no hay nada de preciosismo, sino una pintura que insiste sobre la mirada del espectador, con curiosidad y detenimiento. Un encanto lírico deja al descubierto el diálogo espontáneo de las redondeces carnales de sus mujeres negras cobrizas, hasta dejarnos un cierto olor a sexo, y ceremonia de amor y pasión. Fuera de toda esa atmósfera que rodea sus cuadros y sus personajes, llevamos la impresión de una presencia alucinante y salvaje, el grito de una raza y la metáfora de otro tiempo; milenario éste, por sus ritos y sortilegios. Se podría definir a Cogollo como el plástico más cercano a la literatura de Zapata Olivella; dimensión, color, literatura y pasión Caribe.-- Isaac Ortizar