Pese al escándalo que desencadenó la prensa belga cuando se enteró que los tesoros de Lieja viajarían a un país de "guerrilleros, violencia y terremotos", la exposición llegó a Bogotá sana y salva.Todo comenzó hace un par de años cuando el Ministerio de Educación y la Comunidad Europea en Bélgica hicieron un convenio para realizar intercambio de tipo cultural. De este modo, la exposición itinerante del Museo del Oro -que consta de 300 piezas- visitó a Bélgica hace algunos meses y actualmente, las obras maestras del Museo de Lieja llegan a cumplir con el acuerdo, en una muestra que se abre al público el jueves ocho de mayo y durará hasta finales de junio.Los arreglos para traer las obras fueron minuciosamente planeados. La póliza de seguros global del Banco de la República cubría el viaje, pero tenía un requisito: dos personas empleadas por el Banco debían ir a recoger las obras y hacer las veces de "rehenes" mientras se llevaba a cabo todo el proceso. Finalmente, los cuadros (un total de 65 que fueron traídos en dos embarques) que incluyen obras de Picasso, Gauguin, Chagall, Magritte y Ensor, entre otros, fueron colocados en el avión, por medio de una operación enteramente controlada por Walkie Talkies que incluía meter quince guacales, en cada embarque, cuando el último pasajero se hubiera sentado. En Bogotá también hubo gran despliegue y salieron a recibir los cuadros -cuyo peso total es de seis toneladas- varias camionetas blindadas y patrullas de la Policía para trasladarlos inmediatamente a las bóvedas del Banco de la República. Posteriormente fueron llevándolos al lugar de la exposición: la Biblioteca Luis Angel Arango, en donde un circuito cerrado de televisión recorre constantemente los cuadros en las dos salas. Para complementar la seguridad, se cerraron todas las puertas de acceso a la sala, dejando abierta solamente una que será celosamente cuidada, al igual que toda la exposición, por vigilantes armados.La colección del Museo de Lieja presenta muchos puntos de interés. Además de haber sido conformada en 1819 gracias a las donaciones de cuadros que los mecenas hacían, adquirió las obras de Picasso, Gauguin, Chagall, Ensor y Kokoschka entre otros, en 1939, cuando Hitler decidió eliminar todo el "arte degenerado" que había en los museos de Alemania. Pero, lo más importante que tiene la exposición, a mi modo de ver, es que reúne la mayoría de las tendencias del arte moderno. Si bien las obras no están ubicadas en forma cronológica, la idea de agruparlas por corrientes resulta definitiva para entender los conceptos que cada una expresa.Al entrar a la sala, lo primero que se ve es el surrealismo, muy bien representado con obras de Magritte, Delvaux Arp y Chagall. Cada uno encarna a su vez una modalidad distinta del surrealismo: mientras Magritte sitúa la realidad en otro contexto, Delvaux recurre a las alusiones oníricas y Arp acude al surrealismo abstracto. Si bien Chagall no pertenece propiamente al movimiento surrealista, está colocado aquí porque fue a raíz de un cuadro suyo que Apollinaire mencionó la palabra que daría origen al movimiento: surrealismo. Después del primer impacto, el ojo cae en la obra de Picasso, "La familia Soller" de 1903. Aunque este cuadro, que es una especie de desayuno sobre la hierba, y mide un metro y medio por dos metros, no sea bien representativo del artista español y ni siquiera haya participado en su retrospectiva que se hizo en Nueva York hace unos cinco años, no deja de ser interesante. Se ubica en la época azul y además, fue uno de los poquísimos cuadros que Picasso retocó, tapándole una selva original que hacía las veces de telón de fondo, y corrigiéndole ciertos detalles a las figuras. En la misma separación que Picasso, el fauvismo y el expresionismo están representados con Othon Friesz, Kokoschka, Max Liebermann y Franz Marc. Todos estos cuadros marcan bien la rebeldía del momento expresada en los colores y en las formas fuertes. La tercera parte de la exposición está tomada por los geométricos que en forma paralela al grupo anterior, expresan la realidad, pero de una manera muy distinta, enmarcando todo, sea paisaje o figura, dentro de la forma. Algunos de ellos son Léger Le Corbussier, Magnelli, Vassarelly y Nicholson. Enseguida están los post-impresionistas como Paul Serusier, Van Rysselberghe, Paul Gauguin y Utrillo. En cuanto a la obra de Gauguin "El brujo", ésta representa a cabalidad su ruptura, no sólo a nivel personal por el hecho de haberse ido a vivir a Tahití, sino en relación con su creación. En este momento de su vida, Gauguin afirma que la estructura del arte debe provenir de la vivencia y no de una operación mental, lo cual está claramente plasmado en sus cuadros en los que la vida primitiva, el exotismo y lo mitológico, como en el caso de "El brujo" son la materia prima. En el segundo piso, está representada la ligazón entre el siglo XIX y el siglo XX, entre el simbolismo y el expresionismo. En esta coyuntura histórica se sitúa James Ensor. Su cuadro "Naturaleza muerta" de 1882 es una clara prueba de la mezcla de tendencias, pues al lado de los elementos tradicionales de una naturaleza muerta, reposan calaveras de seres humanos. También en el segundo piso están los impresionistas como Pizarro, Signac y Jules Pascin entre otros. El impresionismo fue el primer movimiento en el arte que consideró la importancia de la cotidianidad y así lo registran todas las obras: la fugacidad del momento,la importancia de la luz y la textura fueron ingredientes esenciales, que las obras aquí presentes encarnan muy bien. Finalmente, para terminar la exposición: el realismo, representado especialmente por Jean Baptiste Camille Corot y Charles Francois Daubigny.En forma paralela, habrá una sala didáctica, diseñada por Daniel Castro y María Fernanda Cardoso. Su diseño es muy novedoso porque además de utilizar las paredes y el piso para pintarlos e integrar todo el material, en esta sala se puede entender el significado de cualquiera de los movimientos artísticos que hemos señalado anteriormente. Por medio de una gráfica se une cada tendencia con su momento histórico y con la significación que ella tiene a la postre. Se dan las características de cada movimiento y se explican las diferencias entre ellos. En forma simultánea, habrá conferencias de apoyo durante todo el tiempo que dure la exposición y películas sobre los mismos temas.La llegada de los tesoros de Lieja es un verdadero impacto cultural en Colombia si se tiene en cuenta tan sólo que es la primera vez que podemos admirar más de treinta originales de grandes pintores reunidos a la vez.