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UNA LEYENDA CATALANA

La intervención de un niño, decide la victoria de los españoles sobre las tropas napoleónicas.

28 de febrero de 1983

Durante los primeros años de la década del sesenta, el cine español atravesaba por una etapa de auge. Tanto era así, que muchos directores jóvenes se agrupaban en escuelas según su visión cinematográfica. Fundamentalmente predominaban la de Madrid y la de Barcelona. La primera, a la cual pertenecía Carlos Saura, era celtibérica y predominaban en su seno las preocupaciones sociales, la segunda era estetizante y europea. A esta última pertenecía Jorge Grau, director de "El Niño y el Tambor", cinta que actualmente se estrena en Bogotá. Grau, en esa época, era considerado junto a Summers, Picazo, Saura y Eceiza, como uno de los cinematografistas más prometedores para el cine español.
Aduciendo múltiples razones, las dos escuelas polemizaban. Para los unos, la exquisitez de la forma no bastaba, mientras que para los otros operar sobre realidades sociales que ya pasaron y con esquemas mentales anacrónicos era algo sin sentido. Desde ese entonces han transcurrido veinte años, tiempo suficiente para que las disputas se sedimentaran y se aplacaran los ánimos. Hasta tal punto que hoy en día vemos a Grau haciendo películas que fácilmente se podrían encasillar dentro de la escuela que fuera su contraria. Tal es el caso de "El Niño del Tambor", cinta en la que se recrea una leyenda catalana del siglo XIX, surgida a raíz de la invasión de los ejércitos napoleónicos a España. En ella, la problemática social de la época recorre todo el argumento.
Desde 1796, durante el reinado de Carlos VI, España reanudó la tradicional alianza con Francia, que llevó a firmar el tratado de Fontainebleu (1807) con Napoleón, por el cual se estipulaba la partición de Portugal. Con este motivo los ejércitos franceses empezaron a penetrar en la península. Repentinamente Napoleón decidió realizar la ocupación de España, pero la empresa se vio frustrada por el levantamiento del pueblo español que se enfrentó valientemente al invasor.
Es ese el marco histórico en el cual se inserta la leyenda del niño del tambor. Ella cuenta que durante un combate que se libró en esa época por la defensa por parte de los españoles del paso de Brunk, los franceses a pesar de su superioridad militar, retrocedieron temerosos al escuchar el redoble de muchos tambores creyendo que se aproximaba un gran ejército. En realidad se trataba de un sólo tambor tocado por un niño, que por efecto del eco reflejado en las grandes colinas rocosas de la región semejaba muchos.
Sin embargo la película no se queda solamente en la leyenda, sino que la utiliza para mostrar muchas de las actitudes asumidas por el pueblo español durante esos años. Mientras unos pedían las armas para hacer frente al invasor, otros aceptaban complacidos la dominación francesa influenciados por las ideas racionalistas y enciclopedistas del Siglo de las Luces. Estos fueron los que aceptaron a José I, hermano de Napoleón, como rey de España pues creían que Francia encarnaba los ideales más avanzados de la civilización con su lema " Libertad igualdad y fraternidad".
Esta película, que ganó un premio del Ministerio de Cultura de España al mejor film infantil, fue rodada dentro del plan de coproducciones emprendido por la industria mejicana del cine, como alternativa para ganar nuevos mercados ante la crisis por la cual atraviesa el negocio cinematográfico a nivel mundial. Si bien la dirección recayó en manos españolas, muchos de los actores que trabajaron en la cinta son de nacionalidad mejicana. Finalmente cabe destacar la buena actuacion del niño Andrés García.