La empieza a convertirse en tradición la temporada de zarzuela de la Fundación Jaime Manzur en el Teatro Colón. La de este año, que se extiende hasta comienzos de julio, ha presentado al público dos producciones. La primera, Agua, azucarillos y aguardiente, de Federico Chueca, constituyó toda una novedad puesto que se trató del estreno colombiano de uno de los títulos más populares del llamado género 'chico'. La obra compartió cartelera con uno de los temas más socorridos, La verbena de la paloma, de Bretón. Artísticamente los resultados, tanto desde el punto de vista musical como desde el teatral, colmaron las expectativas dentro de los cánones del género pues la Fundación ha preferido, siguiendo su propia línea de trabajo, la puesta en escena de corte realista, apoyada en un vestuario lujoso y fiel a la tradición española. Acaba de bajar el telón del segundo título, una obra del llamado género grueso, mucho más ambiciosa, El huésped del sevillano, de Jacinto Guerrero; y esta semana salta al escenario la picaresca de la revista musical Las leandras, del mismo autor. Para fines de este mes y principios de julio se cierra la temporada con la quinta propuesta de la Antología de la zarzuela, un espectáculo ambicioso que recoge 30 de los momentos más populares y queridos de la afición, desde fragmentos tan pegajosos y divertidos como la romanza de La tarántula de La Tempranica hasta los más populares, como Luisa Fernanda, La del Soto del Parral y La Gran Vía. Aunque buena parte del éxito de esta empresa estriba en la dirección del maestro Jaime Manzur, sin duda el más amplio conocedor del género lírico español en el país, no deja de sorprender que, salvo una excepción _el director de orquesta español José Luis Pareja_, la compañía esté constituida por colombianos. El elenco de solistas cuenta con personalidades de la talla artística y el prestigio internacional del tenor Manuel Contreras, quien comparte escena con figuras fogueadas en el medio lírico como las sopranos Julia Guillén y Martha Gutiérrez y los barítonos Sergio Hernández y Alfredo Landínez, así como nombres nuevos que han sorprendido por sus condiciones, como la 'cantaora' Esperanza Arango, quien deslumbró en La verbena de la paloma. Puntales indispensables han sido el Ballet Tacón y Madera, que dirige la máxima autoridad en danza española y flamenca en el país, el bailarín Antonio González, y el joven director de orquesta, laureado en Austria, Alejandro Posada. n Novedades LE DELIZIE DELL'AMOR Arias de Verdi, Puccini, Donizetti Andrea Rost, soprano Royal Philharmonic Sir Charles Mackerras, dir. Sony Classical Hay que estar al día, y la hermosa húngara Andrea Rost es una de las estrellas líricas del momento. La crítica internacional resalta, además de sus condiciones en escena, su refinamiento vocal, su 'estratosférica' técnica para resolver pasajes de bravura y su personalidad. Todo presente en este disco que tiene la dirección, y la bendición, de uno de los más autorizados directores del mundo: sir Charles Mackerras, al frente de la Royal Philharmonic. Rost canta arias de Rigoletto y Traviata de Verdi (soprano lírico-leggero), luego arias de Bohème y Gianni Schicchi de Puccini (soprano lírico) y cierra con su deslumbrante interpretación de arias y escenas de Donizetti, incluido el espinoso Delirio de Lucia de Lammermoor, que la sitúa a la altura de las grandes soprano lirico d'agilittà, por lo menos, de la segunda mitad de este siglo. El sonido es magnífico y logra captar en detalle la voz rica y versátil de esta joven artista. THE ROMANTIC HOURS Mona Golabek Obras de Sibelius, Chopin, Satie, Liszt, Ibert, Canteloube, etc. Diversos interpretes BMG Classics. Este disco está permanentemente en el filo de la cursilería pero finalmente se salva por la calidad de los intérpretes: entre obra y obra la pianista Mona Golabek va intercalando la lectura de cartas y trozos de escritos de Sand, Satie, Debussy, Neruda, García Lorca, Liszt, Rilke, etc. Sin embargo toda cursilería se borra con las interpretaciones formidables de una selección de artistas de la talla de Peter Serkin (Nocturne Op.27 Nº2 de Chopin), Alexis Weinssenberg (Clair de Lune de Debussy), Vladimir Horowitz (Consolation Nº3 de Liszt), Julian Bream (Asturias de Albéniz), Alicia de Larrocha (Adagio del Concierto de Ravel), Anna Moffo (Baïlèro de Canteloube), Jascha Heifetz (Concierto de Korngold), entre otros. Lo que demuestra que quien peca y reza ¡empata!