El padre Linero es uno de las figuras más reconocidas de la iglesia católica del país. Hace poco lanzó su libro ‘Mi venganza es perdonarte‘. Aunque no es muy dado a las entrevistas, ya que dice estar aburrido de que le pregunten lo mismo, que si me gustan las mujeres y que cómo hace con lo de la castidad, habló con SEMANA sobre el perdón como una herramienta para la felicidad.    Semana: ¿Para usted qué implica perdonar? Alberto Linero: Perdonar implica ser inteligente y entender que la persona que sufre es la que no perdona, porque si no perdono no voy a ser una persona sana emocionalmente y hasta termino somatizando... Semana: ¿Qué es lo más difícil de perdonar? A.L.: Es vencer las ganas de la venganza, porque cuando a uno lo lastiman lo normal es que uno se quiera desquitar, que desee que el otro pague lo que hizo, que sufra. Es la ley del ojo por ojo, diente por diente, cacho por cacho. Así que lo más difícil es controlar eso. Porque cuando uno perdona se siente bobo y tonto porque el otro puede pensar que si uno perdona es porque no tiene la capacidad de vengarse. Semana: ¿Cómo pedir perdón? A.L.: Para pedir perdón es necesario que sentir el dolor del otro, ser capaz de entender el daño que hice y cómo le arrebaté la paz a esa persona, cómo le ocasioné una herida o un problema. Tengo que compadecerme de lo que sufre el otro y hacerme responsable. Solo entonces puedo mirar a la persona a los ojos y decirle ‘perdóname, me equivoqué’. Es importante no justificarse. Hay gente que le pide perdón a uno diciendo ‘yo te hice eso porque tal cosa’. Entonces no está pidiendo perdón. Semana: ¿Cómo perdonar si sigo sintiendo dolor? A.L.: El perdón es una decisión. No es un sentir. No es que cuando estés tranquilo y sereno des el paso de perdonar. No. Decides perdonar para estar sereno y tranquilo. Cuando uno recién perdona generalmente hay dolor y hay malos deseos hacia esa persona. Pero si uno decide perdonar de alguna manera empuja sus emociones. Puede leer: "Jesús no nos pidió porcentajes de dinero": Padre Linero Semana: ¿Cómo resume su frase ‘Mi venganza es perdonarte’? A.L.: Mi venganza es perdonarte significa que no vas a acabar con mi vida. Que voy a ser feliz a pesar de que a ti no te guste que yo sea feliz, que mi felicidad no depende de lo que tú hagas. Si lo que tú querías era volverme trizas y acabar con mi vida y que no tuviera más paz, entonces mi venganza es que voy a hacer todo lo contrario a eso: voy a ser feliz, voy a estar lleno de alegría, voy a estar gozoso y voy a recuperar la paz. Mi venganza es perdonarte es decirte que mi vida no está amarrada a tus decisiones, que mi felicidad no depende de ti. Que perdono porque voy a estar feliz, no voy a pensar en ti, que no vas a ser alguien importante para mí. Porque cuando uno tiene rencor piensa a todo momento en esa persona. Semana: ¿Y si no nos piden perdón? A.L.: Siempre es recomendable perdonar así no me pidan perdón. El primer beneficiado de un acto de perdón es la persona que perdona. Pienso que todos debemos ser responsables de nuestras faltas y pedir perdón, porque todos hemos hecho cosas que no están bien. Unos han hecho atrocidades y locuras y tienen que pedir perdón y la ley tendrá que responder. Pero aunque esas personas no nos pidieran perdón hay que perdonar, porque se trata de la felicidad, es que no puedes permitir que alguien te haga víctima cada vez que recuerdes lo que te hizo. Semana: ¿Hay cosas que no tienen perdón? A.L.: Todo se debe perdonar. Ahora, hay veces en que te perdono y no me reconcilio contigo. Como dice Marciano Martínez en esa canción hermosa que cantó Diomedes Díaz yo te puedo perdonar si es que estás arrepentida, pero volver contigo no lo puedo hacer ni en sueños. Te perdono siempre, pero no me reconcilio contigo. Semana: ¿Cuándo no me puedo reconciliar? A.L.: Cuando eres enfermo mental y me vas a seguir dañando, cuando atentas contra mi dignidad de manera sistemática. Cuando eres un delincuente, te perdono pero te tengo que mandar mis abogados y el sistema judicial tiene que hacer algo contigo, porque perdón no es impunidad. No me reconcilio cuando soy yo el que le está haciendo daño a otra persona después de haberla perdonado. Lo que pasa es que hemos confundido perdón y reconciliación pero son dos cosas distintas. El perdón es necesario siempre la reconciliación muchas veces es posible, pero otras no. Lo que pasa es que si perdonas ya no hay venganza, ya no hay desquite. Significa que esas personas pueden coexistir porque de alguna manera ya no hay odio. Le sugerimos: Cristianos le contestan al padre Linero Semana: El perdón es uno de los pilares del cristianismo. ¿Cuál es su opinión frente a que muchas iglesias evangélicas no estuvieran de acuerdo con el proceso de paz? A.L.: Yo no opino sobre las experiencias espirituales de otros. Yo lo que sí sé es que el señor Jesús nos invitó a perdonar. Yo respeto a todos los demás, sus decisiones, sus manifestaciones, pero nosotros a través de lo que nos ha dicho el Papa, creemos que es necesario vivir procesos de perdón y reconstruir la paz como todos lo necesitamos. Semana: ¿Perdonar es olvidar? A.L.: No. Perdonar es recordar sin dolor. Hay cosas que no se pueden olvidar, pero cuando lo recuerde no voy a sufrir otra vez. Hay locuras que ocurrieron en este país que no podemos olvidar. De hecho tiene que haber monumentos que nos recuerden que cuando nos la damos de estúpidos somos capaces de hacer locuras. Semana: ¿Qué cosa no perdona Dios? A.L.: Eso es un lío. Dios perdona todo, perdona siempre. En la biblia Jesús es el punto más alto de la revelación de Dios y Jesús me invitó a perdonar. Yo no creo que él nos haya pedido a nosotros que perdonáramos 70 veces 7, que es siempre, y él no perdone… Hay una parte en la biblia que dice que el que blasfema contra el Espíritu Santo no será perdonado. Y blasfemar contra Dios significa cerrarse a Dios. Si me cierro a la acción del espíritu de Dios pues no me puede perdonar, pero es porque yo no quiero. Semana: En caso de que alguien no crea en Dios, ¿qué pasa? A.L.: Hay algunos que predican que si alguien no cree se va para el infierno… que nadie deje que lo amenacen con Dios. Dios es misericordia, es perdón, perdona a todo el mundo. Yo no me imagino a Dios sacando cuenta y diciendo ‘ah tú no crees entonces para el infierno’. Yo creo que Dios es amor. No se trata de creer para no irte al infierno, es creer porque así vas a ser más feliz. Puede leer: Francisco, el tercer papa en visitar Colombia Semana: ¿Para usted qué ha sido lo más difícil de perdonar? A.L.: Yo la he embarrado mucho. He recibido mucha compasión. Cuando uno se equivoca mucho y lo perdonan entonces le es más fácil perdonar. Por eso no me cuesta mucho perdonar. Ahora, tengo que decir también que no me han hecho cosas terribles como a otros… Semana: ¿Qué embarradas ha hecho? A.L.: (Risas) ¡Muchas! He reaccionado de manera violenta, he peleado con alguien sin tener por qué, he ofendido, tengo la lengua fácil y soy ocurrente y me he sentido mal lacerando a gente y sobre todo a los que amo. Como tengo el temperamento medio volado entonces estallo y digo cosas que bueno…