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Barranquilla y la Costa vibraron con la novena estrella del Junior. | Foto: Esteban Vega

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Barranquilla y la Costa vibraron con la novena estrella del Junior

El cuadro Tiburón venció desde el punto penal al Pasto, que por poco le agua la fiesta al igualar la serie 1-1 en el tiempo reglamentario de juego. La pasión rojiblanca se desbordó en las calles.

12 de junio de 2019

A las 9:47 p.m. se adelantó el Carnaval en la Arenosa y en toda la Costa, donde el Junior F.C. es el rey. Si bien tiene compañeros de patio como el histórico Unión Magdalena y el más reciente Real Cartagena, la pasión por Junior se comparte por igual en los ocho departamentos de la región, porque hasta en las islas de San Andrés se visten con el rojiblanco.

La novena estrella es un bálsamo para un equipo que tuvo una campaña irregular a lo largo del campeonato y que llegó a sufrir por la empatitis en la época de Luis Fernando Suárez, que terminó prematuramente para dar paso al retorno de Julio Comesaña, llamado por la hinchada Comesaña IX, el número de veces que ha estado al frente de la escuadra barranquillera.

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Toda la semana fue tema de conversación el amuleto del director técnico colombo-uruguayo, cariñosamente llamado también pelo e’ burra, una camisa de tonos azules y rayas que lo acompañó en el remate del pasado título. La vistió en esta ocasión y la cábala parece haber funcionado. Curiosamente Junior saltó en su uniforme B, también con tonos azulados.

El fútbol llegó a Colombia por el muelle de Puerto Colombia (Atlántico) y de ahí el fanatismo que causa este deporte en el Caribe colombiano. Junior no solo hace parte de la identidad del barranquillero, tal y como el mismísimo Carnaval, la cadencia de las notas salseras de la música de Joe Arroyo o los fritos y el chicharrón que se consumen en las fruteras. También hace parte de su alma.


Por segundo año consecutivo Junior logró la hazaña, lo que le da el título de bicampeón, pero no exento de sufrimiento. Pese a lograr la ventaja de un gol en el Metropolitano, en el juego de Bogotá un descuido tiburón originó una oportunidad concretada por el delantero del Pasto, Ray Vanegas, que empató la serie global a nueve minutos del final.

La paridad no se rompió en los minutos restantes de juego, lo que llevó a que el campeonato se definiera en la instancia de los 11 pasos, en la que todos los cobros entraron, a excepción del último, justamente el de Vanegas, entregándole la novena estrella a los rojiblancos.

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Era el final de un encuentro que, si bien había sido cansino en su ritmo, fue vibrante en su definición y dejó al borde de un ataque cardiaco a más de un hincha costeño. Los ganadores no solamente fueron el equipo y su familia, sino también los dueños, la familia Char, el poder económico y político de la región, quienes arriesgaron al traer de nuevo a Comesaña y acertaron.

"Estoy muy contento y muy feliz, por hacer feliz a los demás”, expresó el director técnico al canal Win Sports. "Este título tiene el sabor de un regalo de Dios, por venirme a vivir a Barranquilla", puntualizó.

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"Un saludo al alcalde [Alejandro Char] que es el hincha número uno del Junior", declaro por su parte una de las figuras del equipo, el delantero Teófilo Gutiérrez. Char justamente venía de causar polémica por pagar de su bolsillo el transporte a un estadio situado a 1.000 km de distancia de decenas de barristas junioristas, gesto que también tuvo el empresario Christian Daes, el COO de Tecnoglass.


Justamente Daes, responsable de erigir la Ventana al mundo, el monumento que le dio un rostro novedoso a Barranquilla, prometió que en una de las rotondas de la ciudad levantarían otra a Comesaña. La intención es aludir también a cada una de las estrellas de Junior y a su historia.


Mientras los rojiblancos celebraban alegre pero discretamente en el frio Campín, en la cálida y húmeda Barranquilla muchos salieron a las calles a festejar. Hubo quien no dudó en entonar a todo volumen el “Barranquilla, prócer e inmortal” de Amira de la Rosa. Muchos, no solo en la capital atlanticense, sino también en todo la Costa, sacaron sus equipos de sonido a la calle para una definitiva una noche de celebración, porque quien lo vive es quien lo goza.