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CUMBRES BORRASCOSAS

En Los Alpes los colombianos se la juegan toda en el Tour 87.

17 de agosto de 1987

Al comenzar la semana pasada, las posibilidades de ganar el Tour de Francia se habían alejado demasiado para los ciclistas colombianos. El saldo en rojo que dejó la contra reloj individual corrida el viernes 10, parecía difícil de cubrir y sólo quedaba esperar la gran montaña para buscar la camiseta del mejor escalador.
Pero al finalizar la travesía por los Pirineos, todos los pronósticos se quedaron cortos. Herrera, aprovechando las dos primeras etapas de montaña descontó más de 7 minutos entre lunes y martes, demostrando que no sufrió gran desgaste en las fracciones planas de la carrera. Durante estos dos días los colombianos se reubicaron en las clasificaciones y dieron un campanazo de alerta a sus rivales, quienes debieron sacar todos sus arrestos para aguantar el fuerte paso impuesto por los escarabajos en las altas cumbres. Herrera, Wilches y Parra entraron de nuevo en la baraja de favoritos, convirtiéndose en los principales enemigos para los europeos.

UNAS SON DE CAL...
Pero si Herrera superó los pronósticos, Wilches mostró problemas de salud que le impidieron continuar como el colombiano mejor ubicado en lá prueba. El capo de la escuadra Postobón se resintió de una vieja lesión en su rodilla derecha durante la etapa corrida el miércoles pasado, cuando los europeos, encabezados por Laurent Fignon, impusieron un ritmo infernal en el terreno plano mientras caía un torrencial aguacero. La estrategia de los europeos en esa etapa curiosamente invernal consistia en romper la resistencia de los colombianos y obligarlos a perder, al menos en parte, el tiempo que recuperaron en la montaña. Pero las intenciones del parisino (quien en alguna oportunidad afirmó que los colombianos eran una raza inferior) sólo se cumplieron en parte, pues el único afectado por el "baile" europeo fue Wilches, mientras Herrera y Parra entraban con el lote puntero. El enviado especial de SEMANA al Tour, Ricardo Avila, visitó el campamento del equipo Postobón y habló con Pablo Wilches, quien se mostró pesimista frente a una posible recuperación de la lesión que lo afecta, aunque existía una leve esperanza con la jornada de descanso que hubo el sábado pasado, y el domingo, mientras esta edición estaba en prensa, se sabría el estado real de Wilches en la esperada contra reloj de montaña.
Al finalizar el tramo pirinaico no había nada definido. Los escarabajos recuperaron tiempo y posibilidades con Luis Herrera y Fabio Parra, mientras corredores como Wilches, Oscar de J. Vargas y Gerardo Moncada se mostraron mermados de facultades después de los 2.835 kilómetros (más de dos veces el recorrido de la Vuelta a Colombia) que ajustó el Tour al arribar a Aviñón. El clima tampoco los favoreció pues, a pesar del fuerte verano, la lluvia y el frío aparecieron al finalizar la semana pasada dificultando el accionar de los colombianos y atentado contra su salud. Las condiciones climáticas llegaron a ser tan difíciles que impidieron la transmisión de televisión desde la carretera.
CUMBRES ESQUIVAS
Dentro de las cuentas de los dos equipos nacionales estaba el ganar, por lo menos, una de las etapas en los Pirineos. Pero, como ocurrió en los 4 años pasados, esas cumbres fueron esquivas a los suramericanos, que debieron conformarse con el segundo puesto de Lucho en Luz Ardiden. Incluso la ansiada camiseta de la montaña se estaba enredando ante la espectacular carrera realizada por el mexicano Raúl Alcalá, revelación del Tour y mejor neoprofesional, que obligó a Herrera a esforzarse por puntuar en los puertos de 3a y 2a categoría en la etapa del viernes 17 y así poder recuperar la supremacía en las alturas.
A pesar de los problemas sufridos por el equipo de Postobón y del notorio retraso que aún afecta a Herrera, máxima carta colombiana, los europeos sintieron "pasos de animal grande", como lo demuestran los locos ataques de Fignon y su escuadra en el terreno llano. El bretón Bernard Hinault, en el presente año asesor deportivo de la carrera, en declaraciones a la prensa afirmó que si los europeos no querían tener sorpresas desagradables, debían atacar a fondo a los colombianos antes de las cuestas finales. El escocés Robert Millar, gran rival de los colombianos en la montaña, se mostró descontento con el planteamiento hecho durante la primera parte de la competencia pues, en su opinión, los escarabajos no hicieron mayor gasto y llegaron prácticamente enteros a su terreno preferido. En fin, los colombianos pasaron a ser el enemigo a vencer, pasando en una semana de derrotados a favoritos.

EN LA RECTA FINAL
Durante la presente semana, los corredores correrán los 1.267.5 kilómetros finales que los separan de París. Restan 5 etapas de montaña, incluida la contra reloj individual en ascenso que se corrió el pasado domingo. De estas 5 etapas, las que llegarán a Ventoux, Alpe D'Huez y La Plagne presentan finales en ascenso propicios para el lucimiento de los colombianos, en especial la del Alpe D'Huez, en la que Herrera venció por primera vez en el Tour del 84. Las fracciones que arriban a Villard de Lans y a Morzine tienen premios de montaña de alta categoría a 12 y 15 kilómetros de la llegada, respectivamente.
En las etapas alpinas se definirá el Tour y los escarabajos, en especial Luis Herrera, tienen buenas posibilidades de repetir lo hecho en España hace algunos meses. Ahora sólo resta esperar y hacer fuerza para que la resistencia hasta ahora mostrada por Lucho le dure hasta el final. En los Alpes más de uno de los favoritos perderá la rueda de los colombianos, en especial cuando varios de ellos han manifestado estar con lo justo, faltando aún una semana de competencia. Ya en los Pirineos Herrera prendió motores y todo parece indicar que esta semana en los Alpes despegará definitivamente.