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Sueños de gloria

Dos de ellos terminaron esta temporada entre los mejores tenistas del mundo y su nivel mejoró notoriamente en comparación a años anteriores. ¿Podrán los españoles alcanzar el primer lugar en 2003?

1 de diciembre de 2002

El español Carlos Moya quiere ser el número uno del mundo. Su rendimiento durante este año le ha permitido pensar que esa meta no está tan lejos como parece. "He mejorado mucho en canchas rápidas. Sé que con un poco más de concentración y de continuidad podré dar una sorpresa en 2003", dijo al terminar el torneo de Shanghai, que reunió a los ocho mejores tenistas del mundo de esta temporada. Y esta advertencia no suena descabellada después de sus triunfos en los torneos de Acapulco, Bastad, Umag y Cincinatti. Incluso el australiano Leyton Hewitt, número uno por segundo año consecutivo, ha sido el primero en manifestar que el rival que más lo incomoda es Moyá. No en vano el español lo superó en Cincinatti y en el propio torneo de Shanghai, cerrando su actividad deportiva con un quinto lugar en el escalafón de la ATP (ver recuadro).

Pero aún más satisfecho que Moyá se mostró su compatriota Juan Carlos Ferrero, quien terminó la temporada en el cuarto lugar, sólo por debajo de Hewitt, Andre Agassi y Marat Safin. Al igual que Moyá, Ferrero tuvo un excelente año e, incluso, tuvieron que enfrentarse en varias oportunidades en instancias finales como les sucedió en Montecarlo, Cincinatti, Hong Kong y Shanghai. El título de Roland Garros, uno de los cuatro Grand Slam, se le fue de las manos a Ferrero en la final ante otro compatriota suyo: Albert Costa quien, de paso, también se dio el lujo de terminar la temporada dentro de los 10 mejores.

¿Qué les falta a los españoles para llegar a la cima definitivamente? A esta altura muy poco. En Copa Davis siempre han sido protagonistas y al lado de Australia, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos se han convertido en una potencia cada vez más sólida. Los españoles se han caracterizado por su buen desempeño en las canchas de polvo de ladrillo y de allí que en el torneo de Grand Slam donde más se sienten cómodos es en Roland Garros. Para no ir muy lejos, Corretja obtuvo el subtítulo el año pasado tras sucumbir ante Gustavo Kuerten, mientras que este año el dominio de los ibéricos fue indiscutible. Su poderío en esa superficie parece innegable.

El punto débil sigue siendo el desempeño en los otros Grand Slam: Australia, Wimbledon y Estados Unidos. Si bien el rendimiento en otras superficies ha mejorado ostensiblemente no han contado con mucha suerte en estos torneos. El jugador que luce más completo, incluido también Alex Corretja, quien este año se ubicó en la posición 19, es Juan Carlos Ferrero, además es el más joven con sólo 22 años. Uno de los mejores partidos de esta temporada lo jugó ante Agassi en Shanghai y lo derrotó en el momento en que el norteamericano se jugaba el todo por el todo para terminar el año en el primer lugar. Ferrero tiene como mejor virtud su rapidez en la cancha, siempre lucha las bolas más difíciles y nunca se da por vencido. Su revés a dos manos es, tal vez, su mejor golpe y su estatura (1,80 metros) le ha permitido desarrollar un servicio cada vez más potente. Tiene como cualidad, por encima de sus compatriotas, la regularidad. Su capacidad de recuperación ha sido fundamental cuando por momentos el partido luce perdido, y esto queda demostrado no sólo en el cuarto lugar de esta temporada sino en el quinto que ocupó en la anterior.

Moyá tiene un estilo de juego muy similar, con mejor desempeño en la red pero con un saque más débil. Jugadores que suelen tener un servicio fuerte, para inmediatamente atacarlo con boleas, suelen complicar al español. Costa, además del título en el máximo torneo francés, llegó a dos finales más: en Barcelona perdió con el argentino Gastón Gaudio y en Holanda con Juan Ignacio Chela, también argentino, pero mostró, como lo ha hecho a lo largo de su carrera, muchos altibajos aunque los 12 títulos que ha obtenido podrían desmentirlo.

Mientras en Estados Unidos se aferran a Andy Roddick como su nueva ilusión a pesar de que siga demostrando unas condiciones envidiables, o en Rusia a Marat Safin, en República Checa a Jiri Novak, en Suiza a Roger Federer, en Brasil a Kuerten y en Australia a Hewitt, en España se están dando el lujo de contar con tres de sus jugadores dentro de los 10 mejores del mundo, dos de ellos entre los cinco principales.

A menos que Hewitt no imponga una hegemonía como la que lideró Pete Sampras a finales de los 90 -por el momento lo está logrando- es muy probable que los españoles tengan un chance muy serio de comandar las clasificaciones pues el circuito cada vez luce más parejo. Ellos mismos saben que se acercan más a la meta. Moyá ya lo advirtió en Shanghai y si lo dijo es porque sabe, realmente, que pueden dar mucho más.