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AL ROJO VIVO

Descapitalizada y agobiada por sus costos fiancieros, Paz del Rio espera señales de un mercado que aún no reacciona.

30 de mayo de 1983

Un futuro incierto ronda el sendero de desarrollo que décadas atrás comenzó a trazar la economia colombiana. Empresas de sólida tradición en diversos sectores industriales, se encuentran hoy al borde del colapso, en un período de recesión sin precedentes dentro de la moderna historia económica de nuestro país. Las dificultades afloran hoy para el sector siderúrgico, evidenciandose en la situación que atraviesa Acerías Paz del Río, la principal proveedora de acero para el mercado doméstico.
Las cifras dejan al descubierto no solo la magnitud del problema sino su naturaleza y, en torno a ellas, se tiende a generar una polémica respecto a los factores desencadenantes de la crisis. Inicialmente es útil tener en cuenta la expansión horizontal llevada a cabo por ella hacia la producción del cemento. El proyecto Cementos Paz del Río destinó 7.543 millones de pesos a construcción y puesta en marcha de un complejo industrial cementero destinado a cubrir una demanda entonces insatisfecha en la zona central del país. Las perspectivas eran ciertamente favorables en vista de la amplitud en la demanda.
Era previsible que, a mediano plazo, el gobierno pondría todos sus esfuerzos en favor de un programa de construcción masiva de viviendas .
La inversión productiva cobijó también la actividad tradicional, aunque la ampliación de la capacidad instalada en la planta siderúrgica acarreó un desembolso menor que llegó a 4.272 millones de pesos. Las perspectivas para este proyecto eran igualmente favorables en vista del "boom" que atravesaba el mercado del acero alrededor de 1980.
La financiación de dichos proyectos de expansión industrial se obtuvo prioritariamente a traves de préstamos negociados en dólares. Simultáneamente, las utilidades que anualmente reportaba la actividad de la empresa se repartían en dividendos, llegando al 100% para 1980. La descapitalización que por este conducto sufrió la empresa en los últimos años está en la base de las dificultades que hoy se manifiestan.
¿Cómo se llegó entonces al punto en el cual pocos se ponen de acuerdo? Es importante observar el comportamiento de los mercados de cemento y acero durante el lapso de tiempo transcurrido entre la planeación de las inversiones y su incorporación efectiva como parte de la oferta.
La demanda doméstica por materiales de construcción decayó sensiblemente con la recesión que vive la economía nacional a partir de 1980. Cuando Cementos Paz del Río entró en operación encontró un gran descenso en la demanda; Cementos Diamante había efectuado un ensanchamiento en su capacidad instalada de proporciones similares a la fábrica creada por Paz del Río. El mercado regional se vio saturado y la nueva empresa colocó con dificultad el 43% de su producción en el mercado durante el año pasado.
El mercado del acero tampoco vivía días de gloria. Si se considera que todas las siderúrgicas del país decidieron ampliar sus instalaciones a causa de la bonanza. al entrar en funcionamiento las modernas instalaciones de Paz del Río enfrentaron una competencia insospechada. Confluyeron, además, la caída vertiginosa en el precio internacional del acero y la imposibilidad de la empresa para importar materia prima a precio de dumping. Acerías Paz del Río quedó colocada en situación insostenible dentro del mercado nacional de acero. En 1982 la firma colocó 180 mil toneladas de acero en el mercado, efectuando solamente el 40% de su producción potencial, a un precio de 32.300 pesos por tonelada. A este precio de venta se pierde 6.200 pesos por tonelada, excluyendo costos financieros, a pesar de que el costo de las materias primas es gratuito.
Resulta claro que la insolvencia que acusa Paz del Río en la actualidad se debe a su incapacidad para cubrir los costos en los que ha incurrido. Sin embargo, queda mucho por decir en el momento en que éstos se desglosan y la pérdida operacional de 6.8 millones de pesos para 1982 queda opacada por los 1.329 millones de pesos que suman los gastos por intereses y comisiones para el mismo período.
Resumiendo, las pérdidas de la empresa totalizaron 1.118 millones de pesos durante el año anterior. Ahora, ¿qué puede esperarse para el año entrante? "No hay fórmulas mágicas que solucionen los problemas", ha dicho el presidente de Acerías Paz del Río S. A., Jaime García Parra, en carta enviada a los accionistas el 25 de marzo pasado. En dicha ocasión, se votó en favor de una propuesta de capitalización por 230 millones de pesos, entregados a los accionistas a través de acciones liberadas. Al respecto, las directivas sindicales han manifestado que tal recapitalización es una falacia y que se trata, por el contrario, de una manera disfrazada de repartir dividendos.
La contrapropuesta presentada por el sindicato incluyó los siguientes puntos fundamentales:
. Refinanciación y recapitalización de la empresa con la participación de los accionistas y del Estado, a través del IFI y el Banco de la República. Esto último para asegurar la participación del gobierno en el control de la empresa.
. Eliminación del contrabando y protección del mercado.
. Obligación de utilizar acero producido por Paz del Río en las obras públicas.
. Mayores líneas de crédito en el Banco de la República para la empresa.
. Sacar adelante a la primera siderúrgica del país no es tarea fácil, teniendo presente la cantidad de factores limitantes que existen actualmente. El concurso del gobierno nacional es indispensable para superar obstáculos. Una medida de apoyo adicional ha sido el cierre de importaciones de estructuras metálicas provenientes de Venezuela, decretado en la semana pasada.
El futuro del proceso nacional de industrialización depende en buena medida del comportamiento de su sector siderúrgico y la capacidad que este demuestre para superar coyunturas de dificultad como la actual.