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Avianca, que maneja el 60 por ciento de la operación doméstica, es la más interesada en trasladarse en el menor tiempo al muelle nacional ante la saturación del Puente Aéreo. | Foto: Daniel Reina

AEROPUERTO

Avianca pide pista en 'Eldorado'

Los problemas que impiden el traslado de Avianca del Puente Aéreo a la terminal nacional de Eldorado demuestran que el aeropuerto se quedó pequeño.

8 de marzo de 2014

Avianca, la principal compañía aérea de Colombia, que responde por el 60 por ciento de los vuelos nacionales, no ha podido estrenar las instalaciones del nuevo aeropuerto Eldorado que se entregaron en octubre del año pasado.

Estaba previsto que en el primer trimestre de 2014 la aerolínea dejara el Puente Aéreo, donde opera desde hace 33 años las rutas nacionales. Sin embargo, el trasteo se enredó y podría demorarse más de lo esperado.

La razón es sencilla: la operación que atiende Avianca en el Puente Aéreo no cabe en el nuevo terminal. El acelerado crecimiento de la aviación doméstica, con nuevas rutas y frecuencias, ha desbordado la capacidad del Puente Aéreo, por lo que Avianca requiere mejores condiciones en el nuevo muelle nacional, y podría desplazar a otras compañías ubicadas allí.

En este momento, Avianca tiene en el Puente Aéreo 42 módulos para atender viajeros y recibir equipajes; 16 puestos de autochequeo y una amplia sala VIP. Pero espera contar, por lo menos, con los mismos puntos de atención en el muelle nacional, que solo tiene actualmente 60 módulos que se reparten entre LAN, Copa, Easy Fly, Satena y VivaColombia, entre otras.

Además, Avianca pedirá la totalidad de las posiciones de embarque previstas en el nuevo terminal nacional.

El panorama es desalentador, porque las demás compañías quieren tener los mejores espacios y algunas no están dispuestas a pasarse al Puente Aéreo. Ese es el caso de LAN, la segunda aerolínea de Colombia, que maneja cerca del 20 por ciento del mercado doméstico.

Hernán Pasman, su director ejecutivo, dice que no está interesado en el Puente Aéreo porque sus condiciones no son similares al terminal nacional. Según el directivo, tendrían problemas en conectividad, traslado de equipaje y mayor tiempo de desplazamiento de pasajeros. “Habrá aerolíneas que por su modelo de negocios les interese estar en el Puente Aéreo, pero a nosotros no nos conviene porque nos generaría complicaciones separar la operación nacional e internacional”, dice Pasman.

Tratar de dejar satisfechas a todas las aerolíneas será un reto. El gobierno es consciente de ello y está tratando de lograr consensos.

Para buscar salidas, se creó una mesa de trabajo de la que hacen parte el Ministerio de Transporte, Opaín, Avianca, y la Agencia Nacional de Infraestructura, entre otros. La ministra de Transporte, Cecilia Álvarez, le encargó al nuevo director de la Aeronáutica Civil, Gustavo Alberto Lenis, que resuelva el tema para que, a más tardar en julio próximo se produzca el traslado. “No es posible que la aerolínea más grande del país, que maneja el 60 por ciento de la aviación comercial no esté en el aeropuerto”, dice la funcionaria.

Para Avianca el traslado es un asunto clave en el crecimiento de su operación. Su presidente, Fabio Villegas, sostiene que dado que Bogotá es el principal centro de operaciones de la aerolínea, es una prioridad maximizar la competitividad de las conexiones desde este hub. Y en este sentido, centralizar las operaciones en un mismo terminal es vital.

Terminal insuficiente

Detrás de los traumatismos para el trasteo de Avianca hay una verdad incontrovertible: el aeropuerto Eldorado se quedó pequeño. Así lo reconoció la ministra Álvarez quien dijo que es necesario acelerar los planes que están pendientes.

Desde el mismo momento en que se inauguraron las primeras obras del nuevo aeropuerto Eldorado, muchos advirtieron que podrían resultar insuficientes ante el crecimiento del tráfico aéreo.

La ampliación de Eldorado se pensó para atender a 15 millones de viajeros en 2015 y esa meta ya se superó. El año pasado se movilizaron por esta terminal 25 millones de personas. En total en 2013 viajaron por vía aérea en el país 28,6 millones de personas, una cifra que no estaba en las cuentas de nadie.

En la ampliación de Eldorado se invirtieron más de 1.000 millones de dólares y se triplicó el número de metros cuadrados frente a la antigua terminal –pasaron de 54.000 a 173.000 metros–.

Frente a esta realidad, Opaín, el consorcio encargado desde 2007 de ejecutar las obras, señala que no se puede hablar de que el aeropuerto se quedó pequeño porque todavía no se han terminado todas las tareas que estaban previstas. Dice que la terminal se puede seguir ampliando de manera progresiva y así está contemplado en los diseños. Además, la Aerocivil adelanta obras para nuevas calles de rodaje y para aumentar la capacidad del espacio aéreo, que es otro de los temas críticos.

Sobre el tema puntual de Avianca, Opaín estudia como alternativa unificar la operación entre vuelos nacionales e internacionales en los módulos de atención, lo que permitiría una gestión más eficiente de los recursos.

Las dos terminales aéreas –nacional e internacional– cuentan con 128 módulos de chequeo, de los cuales Avianca podrá utilizar los que requiera, dice Opaín.

En cuanto a las posiciones de estacionamiento de aviones, el consorcio asegura que aumentarán de manera significativa una vez se construyan las que están previstas en la plataforma central. Actualmente para operaciones domésticas hay 16 posiciones, que pasarán a 24 en julio de este año y a 30 en el mediano plazo, una vez sea demolida la antigua torre de control, proceso que está previsto para el segundo semestre del año entrante. En ese espacio se habilitarían nuevas zonas para estacionar aeronaves.

Más allá de encontrar una solución al tema del Puente Aéreo lo que se necesita es seguir con la segunda fase de ampliación de Eldorado. Es decir, avanzar en el Plan Maestro, que es la hoja de ruta del sector aeronáutico para los próximos años.

Este contempla ampliar la pista norte y construir un aeropuerto complementario en un municipio cercano a Bogotá, para descongestionar el espacio aéreo de la capital del país.

El gobierno ya escogió un terreno de 700 hectáreas en Madrid (Cundinamarca).Allí se trasladarán las operaciones militares de Catam, así como la aviación general (los aeroplanos privados). En Eldorado solo quedará la operación comercial mientras que el Puente Aéreo se destinará para atender los vuelos regionales o de bajo costo.

El exdirector de la Aerocivil, Santiago Castro, dice que tanto las nuevas obras en Bogotá como el aeropuerto complementario demandarán inversiones adicionales por 1.500 millones de dólares (alrededor de 3 billones de pesos), una cifra superior a lo que se ha invertido en el aeropuerto hasta el momento.

La construcción del aeropuerto alterno debería comenzar en el menor tiempo posible para evitar mayores inconvenientes en un sector que está creciendo a pasos acelerados.

Pero no solo se necesita más infraestructura. También es urgente aumentar la planta de personal para evitar traumatismos como los registrados en el pasado con las protestas de los controladores. Según Castro se necesitan por lo menos otros 800 trabajadores entre técnicos, controladores, inspectores y bomberos, entre otros.

En conclusión, el país dio grandes pasos en los últimos años para modernizar su obsoleta infraestructura aérea. Pero falta hacer nuevos esfuerzos para atender a los millones de viajeros que están dejando de movilizarse por las maltrechas carreteras colombianas para subirse a un avión.