COLOMBIA TIENE GANCHO

Colombia fue el país más jugoso del mundo para los inversionistas extranjeros en 1982. Según la revista norteamericana "Business International" por cada 100 dólares invertidos en nuestro país, se obtuvieron 13.8 dólares de ganancia, mientras el promedio mundial fue de 10 dólares. Analistas económicos han señalado que la revaluación del peso colombiano fue en gran parte el causante de este liderazgo, que se presume no durará mucho tiempo, dadas las intenciones del gobierno colombiano de devaluar el peso a un ritmo del 28% anual.
El año pasado la inversión extranjera se incrementó en Colombia en un 41.4%, en tanto que en América Latina bajó un 15%. Con los $485 millones de dólares que entraron al país en 1982, el total de capital internacional invertido en empresas colombianas sumó $1.655 millones de dólares. Algunos comentaristas sostienen que lo ocurrido ha sido una muestra de la confianza de que goza Colombia en el exterior, sin embargo otros consideran que el hecho no obedece a ese motivo. "Es como confundir un respiro con un suspiro", dicen. En efecto, el fenómeno sucedió más como una reacción a una tasa de interés alta, conjugada con una tasa de devaluación baja, que a una mayor confianza en la economía del país.
Con el cambio de gobierno y el incremento de la devaluación en la administración Betancur, la salida de capitales ha sido notoria. En marzo y en junio de este año se llegó a un promedio de fuga de divisas de $7 millones de dólares diarios. Una de las medidas del gobierno para conjurar la disminución de las reservas internacionales y ofrecer de nuevo buena rentabilidad a los inversionistas de otros países, que se han visto desestimulados con la mayor devaluación, ha sido la de modificar las reglas del juego para el giro de utilidades al exterior. Se elevó de 20 a un poco mas de 30% el tope de remesas de utilidades para los nuevos inversionistas.
También se eliminó el impuesto a los ingresos de los socios extranjeros que prestan asistencia técnica a empresas localizadas en el país. Aunque se sabe que en el largo plazo las compañías transnacionales repatrian más divisas de las que generan por exportaciones, el gobierno considera que esta fórmula puede funcionar para la escasez de divisas actual. A fin de cuentas, consideran algunos, a veces para "tapar un hueco hay que abrir otro".