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EL PUENTE A EUROPA

Un acuerdo de promoción y protección de inversiones fortalece las relaciones comerciales y económicas de Colombia y España.

5 de diciembre de 1994

COLOMBIA ACABA DE convertirse en el tercer socio comercial de España en Iberoamérica, después de México y Argentina. El hecho es notorio si se tiene en cuenta que antes de la apertura de la economía nacional las relaciones comerciales se habían estancado, pero adquirieron un notable dinamismo a partir de 1991 y se duplicaron en 1992. Para Colombia, España es un buen suministrador de equipos y un puente para entrar a la Comunidad Europea, mientras, para España, Colombia es un buen mercado y se ha convertido en una especie de portaaviones para irrigar los mercados de la región andina.
"La nueva administracion del presidente Ernesto Samper, quien recientemente fue embajador en España, fortalecerá las relaciones económicas y comerciales bilaterales", sostiene Jorge Cabezas Fontanilla, quien acaba de dejar el cargo como consejero comercial de España en Colombia. Además todo se encuentra listo para la firma de un acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones, conocido como Apris. Ese convenio fortalecerá los intereses hispanos en el país, pues su inversión registrada en Colombia es apenas de cinco millones de dólares.
Sin embargo, en los últimos tiempos, la presencia ibérica mejoró: Repsol explora petróleo en Chocó, Matfre compró Seguros Caribe, Meliá ingresó fuertemente en el sector hotelero, Alcatel tiene varios joint ventores con Telecom, hay inversionistas españoles en la compañía de telefonía celular Cocelco, están presentes en la construcción de la vía por concesión Tuluá-La Paila y en la vía a Villavicencio. Precisamente, para estrechar vínculos empresariales, en junio de 1995 tendrá lugar en Bogotá Expotecnia, feria industrial española que anteriormente sólo ha celebrado esa Nación en México, Portugal, Marruecos y China.
Por ahora se encuentran sin ratificar un convenio general de cooperación y amistad y un acuerdo económico binacional con tres líneas de crédito: una blanda por 400 millones de dólares a 30 años, con 10 muertos, interés en dólares al 1 por ciento sobre prime, de carácter concesional; otro por 200 millones de dólares en créditos de tipo consenso de la Ocde, y un compromiso de movilización de inversiones hispano-colombianas por 900 millones de dólares. Como quien dice, con semejantes avances, quien pida más que le piquen caña.