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LA BOMBA DE LA DEUDA

Continúa agravándose la situación financiera internacional.

21 de marzo de 1983

Países subdesarrollados consideraron insuficiente el aumento del monto anual prestable por intermedio del Fondo Monetario Internacional.
El Comité Provisional del FMI acordó, en reunión celebrada en Washington el 11 de febrero, aumentar las cuotas prestables de 66 mil a 99 mil millones de dólares. El 40% será equiproporcional y el 60% restante constituye, en términos prácticos, un incremento selectivo para "países con economías adecuadas, que exhiban una revolución positiva en sus comportamientos". Con ésto, los países en vías de desarrollo "retroceden varios pasos" en general, en tanto que el mundo industrializado y los países exportadores de petróleo quedan en situación de mayor ventaja. El resultado ha sido una posición intermedia entre el aumento de 151% planteado por Estados Unidos y la petición de un aumento del 100 % llevada a cabo por países en desarrollo.
Uno de los puntos sobresalientes de las deliberaciones adelantadas en Washington por el Comité provisional que, en esta ocasión, presidió a puerta cerrada el británico Sir Geoffrey Howe, es que "las cuotas y poder de voto de "los cinco grandes -Estados Unidos, Japón, Alemania Federal, Inglaterra y Francia-, sufren leves modificaciones. Se disminuyen de manera casi imperceptible la capacidad de maniobra de los dos primeros, en tanto que se favorece la de los tres últimos ".
Jacques de Larosiere, Director Gerente del F.M.I., dijo a "SEMANA" que el Fondo no dispone de la liquidez suficiente al aprobarse las cuotas, podría solicitar préstamos a los países miembros. Además, el acuerdo general de préstamo no implica efectividad inmediata, pues en numerosos países, entre ellos Estados Unidos, ese mecanismo requiere aprobación legislativa". Agregó que "el aumento de cuotas no pretende salvar a los bancos de lo que algunos califican como "conducta irresponsable". Debe tenerse sumo cuidado con ese tipo de interpretaciones. De deducirlo así, el Fondo tendría que reemplazar a los bancos privados en el financiamiento a los países con dificultades de servir su deuda externa. Muy por el contrario, les está exigieno no sólo que mantengan su riesgo, sino que lo aumenten, que tenga aún mayor compromiso con los países. "
La función de estos fondos es la de prestar, a tasas de interés ligeramente inferiores a las del mercado, a aquellos países que encuentren dificultades para negociar directamente con la banca privada internacional, o a los países que tengan grandes dificultades en el manejo de su balanza de pagos. Los Estados Unidos plantearon que un aumento grande en las cuotas prestables tan sólo iba a elevar la inflación, incrementando la actual recesión. Por el contrario, economistas que participaron en el informe Norte-Sur y voceros de los países del tercer mundo consideran que es necesario un mayor crédito para reactivar la economía de estos países. "Las instituciones financieras internacionales pueden desempeñar una función clave en la canalización de recursos hacia los países en desarrollo en condiciones adecuadas, lo que también redundaría en beneficio del mundo industrializado" señaló a SEMANA M.S. Hameb, ministro de Hacienda de Egipto. Y agregó que "las cuotas del Fondo deben duplicarse, como mínimo, y corresponder a un aumento equiproporcional sin que se deje de tener en cuenta la situación relativa de los países miembros en la economía mundial ".
Aunque cabe destacar que aún no se han efectuado asignaciones de los Derechos Especiales de Giro (DEG), lo que contribuye al deterioro del nivel de la liquidez internacional, los ministros del Grupo de los 24, reunidos en Washington en la segunda semana de febrero, afirman que es urgente que se reanuden las asignaciones de DEG, lo que contribuirá no sólo a la recuperación económica a escala mundial, sino también a aliviar algunos de los problemas de los países en desarrollo y a diversificar las reservas.
Expertos en economía internacional opinan que la política de restricción creditica, aplicada por Estados Unidos, está cortando los últimos hilos de los cuales pende su sistema financiero. Algunos de los países que están pidiendo al FMI mayores créditos son aquellos que no tienen con qué pagar sus deudas actuales. Pero lo que es importante es que gran parte de estas deudas la tienen con la banca privada de los Estados Unidos. O sea, que si a países como Argentina, Polonia, etc., no se les ayuda a refinanciar sus deudás de corto plazo, la única alternativa que podrían tener sería declararse en moratoria. Es decir, se verán obligados a tomar la decisión de no pagar sus deudas por imposibilidad absoluta de consecución de fondos. Esto sería desastroso para la banca americana ya que instituciones tan poderosas como el Chemical Bank o el Chase Manhattan pueden llegar a quebrar en caso de que se declare una moratoria general. La quiebra de estos bancos implicaría una situacion caotica para la economía americana.
La revista TIME en su informe especial del 10 de enero dice que los causantes de la excesiva deuda de algunos países latinoamericanos son en gran medida, los propios bancos de los Estados Unidos que hicieron préstamos casi a la fuerza. Esto es particularmente cierto en el casó mexicano, donde ninguno de los bancos prestamistas previó la abrupta caída en el precio del petróleo. Ahora México necesita refinanciar su deuda de corto plazo y los Estados Unidos argumentan que cualquier aumento en el crédito sería inflacionario.
Otro sector de economistas latinoamericanos considera que lo óptimo sería no tener que acudir a la ayuda del FMI, ya que ésto implica una grave dependencia política. Tal es el caso de la economía costarricense que, en vista de su déficit estructural en balanza de pagos y de su imposibilidad para cumplir compromisos previamente adquiridos, quedó absolutamente en manos del FMI, que actualmente maneja su economía.
La situación financiera internacional sigue agravándose, pero lo que los americanos han dado en llamar "la bomba de la deuda " aún no explota; simplemente se agranda más y más, sin que aparezca la persona, medida o país capaz de desactivarla.