LA OTRA AMNISTIA
Según opiniones conocidas por SEMANA, una amnistía patrimonial que se adopte antes del mes de diciembre tendría convenientes efectos en los campos fiscal y financiero.
Una vez superados los trámites que debieron anteceder a la aprobación de la ley de amnistía en el congreso, el gobierno nacional se enfrenta a la petición de otros grupos sociales que también desean la amnistia patrimonial.
En efecto, representantes de diversos intereses se han manifestado.en el sentido de que una posibilidad de reparar el desorden fiscal que en la actualidad vive el país, estaria en una amnistía para los patrimonios. Consistiria en que las personas naturalos o juridicas podrian declarar patrimonios que durante algún tiempo han estado escondidos, sin que sean penalizados o sin que les sean cobradós los impuestos qué evadieron en el pasado. Se estima que puede haber una cantidad considerable de dinero escondido de la Administración de Impuestos Nacionales. Una parte estaría formada por los capitales que se crearon al interior de la economía "subterránea", cuyo origen no puede identificarse a la luz de las normas legales. Y otra, por los dineros que se han escondido con el ánimo de que no sean detectados por el fisco, para que no sean gravados.
Entre los primeros, los negocios de tráfico de drogas y de contrabando de mercancías fueron los fuertes principales. Y entre los segundos, la causa determinante está en la conciencia evasora que se ha generalizado entre los contribuyentes colombianos y que se ha reflejado en menores recaudos por parte del Tesoro Nacional, agravando la situación de déficit en las finanzas nacionales.
El fenomeno de evasión se explica en alguna medida en la creencia de que las actuales tasas de tributación son confiscatorias. En realidad, excesivamente altas o no, para algunas personas han aumentado en términos reales. Luego de realizada la reforma del 74, dentro de la cual se incrementaron sustancialmente las tasas de tributación correspondientes a las personas de más altos ingresos, no se realizaron en las tarifas ajustes que tuvieran en cuenta la inflación. Puesto que los ingresos de las personas aumentan constantemente en términos nominales, si no se hacen cambios en las tarifas las personas van quedando cada vez en tramos donde les corresponde tributar tasas más altas.
Por esta razón, algunos consideran que la amnistía patrimonial debe ser un elemento complementario de otros puntos que conforman una reforma fiscal global. Una propuesta en este sentido, por ejemplo, es la del congresista Alvaro Leyva. Junto con la amnistía patrimonial, sugiere el desmonte de la doble tributación y la adopción de medidas contra la evasión en el impuesto a las ventas.
En realidad, los beneficios de una amnistía son claros: se pondrían sobre la mesa capitales que en la actualidad se ocultan al fisco. Según calculos revelados a SEMANA, el monto de estos podría alcanzar los $ 20.000 millones.
El Estado al renunciar definitivamente a impuestos que debieron pagarse sobre los patrimonios ocultos, abre la posibilidad de corregir en el futuro la falla en los recaudos.
Por su parte, el incentivo para los contribuyentes de acogerse a la amnistía y sacar a la luz sus dineros, estaría dado por la oportunidad de "ponerse a raya" con la ley, de la manera menos costosa: con el perdón de las deudas.
Una baja en las tasas de tributación sería necesaria para motivar aún más a los contribuyentes, alternativa que no resulta descabellada del todo porque algunos miembros del gobierno se han mostrado partidarios de la teoría desarrollada por el profesor Laffer, en los Estados Unidos, según la cual se puede frenar la evasión reduciendo las tarifas: menores tasas se reflejarían en mayores recaudos.
Quizá la situacion actual de las finanzas gubernamentales no sea la más apropiada para intentar experimentos que incluyen alto riesgo. En todo caso, parecería que hace falta introducir mayores atractivos para que los contribuyentes se acojan mansamente a la amnistía a sabiendas de que en el próximo año aumentarán sus impuestos.
Finalmente, el perdón fiscal también tiene inconvenientes serios. Es un mecanismo de tan obvios efectos, que ha dejado de convertirse en instrumento de excepción. En Colombia, por ejemplo, junto con la reforma del 74 se decretó una amplia amnistía patrimonial y luego, en el 79, otra con menores alcances. Acudir en forma tan frecuente a los perdones tributarios hace que los contribuyentes los incluyan dentro de sus expectativas y construyan prácticas evasoras sobre la base de una eventual amnistía.
En la situación actual, sin embargo, hay otras razones por las cuales se justificaría la medida. La crisis financiera ha ocasionado retiros de la banca privada, incrementando, supuestamente, los depósitos de las instituciones públicas. El gobierno ha tomado diversas medidas que buscan un desplazamiento de fondos en el sentido opuesto, las cuales, de acuerdo con la información disponible, no han tenido el efecto esperado. En tales circunstancias, mayores retiros como los que normalmente se llevan a cabo durante el mes de diciembre para saldar el año con menores compromisos tributarios, podría llevar a situaciones graves de iliquidez en algunos intermediarios financieros, e incluso, a la quiebra definitiva.
La Asociación Nacional de Instituciones Financieras, en el editorial de su última "Carta Financiera", reconoce el dramatismo de la situación, que considera "la gran tragedia tributaria colombiana" y solicita la amnistía, añadiendo que debe declararse antes del 15 de diciembre si se desea evitar el colapso del sistema financiero.
Estos y otros temas de índole fiscal están siendo estudiados por la comisión que para tal fin creó el gobierno nacional. En el caso hipotético de que ésta recomendara una amnistía patrimonial que evite una situación de iliquidez en el sector financiero durante el mes de diciembre, como la proponen algunos, el período de sesiones ordinarias que le queda al congreso nacional no sería suficiente para aprobarla. Sería necesario acudir nuevamente a la emergencia económica.