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¿Para dónde va el dólar?

Los expertos nunca habían estado tan divididos frente a los pronósticos de devaluación. SEMANA los encuestó.

30 de septiembre de 2002

Verde que te quiero verde". Mas de un inversionista repite por estos días este verso de Federico García Lorca, en momentos en que la devaluación acumulada del año ronda el 23 por ciento. Y es que, en estas condiciones, cualquier inversión en dólares, o 'verdes', habría resultado un gran negocio.

Mientras que a comienzos de año la divisa estadounidense se cotizaba a 2.270 pesos la semana pasada se ubicó por encima de 2.810 pesos. Este salto en el precio del dólar tiene contentos a los exportadores y a quienes compraron dólares antes, pero preocupados a los importadores y a todos aquellos que tienen deudas en moneda extranjera.

El acelerado ritmo de devaluación de los últimos meses ha hecho que algunas de las empresas más importantes del país -que han acumulado pasivos externos por más de 12.000 millones de dólares- vean afectados sus estados de pérdidas y ganancias. El aumento del precio de la divisa en lo que va corrido del año les ha generado una pérdida por diferencia en cambio a estas compañías de hasta 540 millones de pesos por cada millón de dólares de deuda que tengan. Los importadores, por su parte, han visto disminuir sus márgenes de ganancia hasta en un 25 por ciento.

Eso explica que, cuando faltan tres meses para que se acabe el año -y como consecuencia de los movimientos recientes en el tipo de cambio-, todos aquellos que tienen una exposición al dólar vivan especulando sobre el tema y tratando de ajustar sus presupuestos para saber a cuánto podría ascender el impacto por diferencia en cambio en sus balances durante 2002.

La baraja de posibilidades es amplia y las opiniones están más divididas que nunca. Hay quienes pronostican que el dólar terminará el año en 3.000 pesos. Otros, por el contrario, apuestan a que retrocederá a niveles de 2.500.

La tormenta

Según los tesoreros y los analistas consultados las próximas semanas serán agitadas para la cotización del dólar. "En el corto plazo existirá presión sobre la tasa de cambio debido a la turbulencia internacional y a la inestabilidad producida por las elecciones en Brasil", dijo Erika Montañez, directora de investigaciones económicas de la firma Corredores Asociados.

En efecto, gran parte de la actual depreciación del peso es consecuencia de la turbulencia internacional, jalonada especialmente por Brasil, más recientemente por Venezuela, y también por la posibilidad de una guerra contra Irak por parte de Estados Unidos.

Lo que pase con Brasil va a depender de la confianza del sistema financiero internacional en la política económica del próximo presidente. Los inversionistas temen que el candidato más opcionado para ganar la presidencia, el izquierdista Luiz Inacio 'Lula' da Silva, no se entusiasme mucho por pagar la deuda externa brasileña, cuyo servicio para el año entrante suma 26.000 millones de dólares. "Si Brasil cae en 'default' arrastraría consigo al resto de la región pues cerraría las puertas de financiación y ocasionaría un desplome de todas las monedas", dice Emilio Echavarría, presidente de Suvalor.

También hay factores internos que afectan el valor de la moneda local. "El mercado cambiario pasó de una gran quietud durante casi un año a una enorme agitación en los últimos cinco meses", afirma Felipe Hernández, jefe de análisis económico de Santander Investment. En efecto, el peso colombiano se revaluó a mediados del año pasado. Esto duró hasta finales de abril de este año, cuando en la víspera de las elecciones presidenciales de mayo los agentes del mercado empezaron a demandar cada vez más dólares. La divisa empezó entonces a recuperar el terreno que había perdido en la segunda mitad del año pasado y en la primera de éste. "La devaluación de este año podría interpretarse como la acumulada de los últimos 18 meses", dice Hernández.

Existen además otros dos factores detrás del reciente comportamiento del dólar. Uno inmediato, que es la financiación del déficit del gobierno en 2003, y otro de más largo plazo, que es la sostenibilidad de la deuda pública.

"Aún no es claro de dónde va a sacar la plata el gobierno para financiar el déficit del próximo año. Las cuentas no terminan de cuadrar", dijo Patricia Mora, tesorera del ABN Amro.

Más allá de esto, los inversionistas esperan que el gobierno aplique los correctivos para que la deuda pública del país se vuelva sostenible en el mediano plazo. Para lograrlo el gobierno de Uribe presentó al Congreso cuatro proyectos de ley: las reformas tributaria, pensional y laboral y el referendo sobre reforma política, que incluye un artículo para recortar el gasto.

La suerte que corran estas reformas en el Congreso será crucial para el futuro de la divisa. También lo será el acuerdo que se negociará próximamente con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este servirá, por un lado, para agilizar los desembolsos de entidades multilaterales que financian al gobierno, y también para mandarles señales a los mercados financieros de que Colombia se "está poniendo las pilas" para estabilizar sus finanzas.

El pronostico

La situación, sin embargo, no parece tan adversa. Aunque algunos analistas creen que el dólar terminará el año en 3.000 pesos el consenso de las 15 entidades consultadas por SEMANA arroja una tasa de cambio promedio de 2.732 pesos por dólar. Es decir, casi 80 pesos menos de lo que se cotiza hoy día.

Muchos analistas y participantes del mercado del dólar mantienen una actitud positiva para fin de año. Este optimismo coincide con el hecho de que, históricamente, los meses de noviembre y diciembre han marcado un período durante el cual el peso se ha fortalecido frente al dólar.

Las próximas semanas serán determinantes para el rumbo cambiario del país y para que los agentes del mercado sintonicen mejor sus expectativas. Esto estará también muy ligado a la revisión en la calificación de la deuda soberana que harán, a finales del mes de octubre, las agencias calificadoras de riesgo.