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SORBO AMARGO

La superproducción mundial de café, además de problemas internos de liquidez para comprar la cosecha dificulta el manejo de la economía cafetera

3 de octubre de 1983

En cuestiones de café, Colombia está pasando un sorbo amargo. Tanto en el frente interno como en el externo existen problemas que no tienen solución fácil ni inmediata. Hay una acumulación mundial de inventarios equivalente a la mitad del consumo de café de este año, que es de 84.5 millones de sacos. Al país le corresponde un 27.6% del total de las existencias mundiales, cuando apenas participa del 16% de la cuota acordada en el Pacto Internacional del Café. Es decir, se está produciendo demasiado café en el mundo, y en Colombia la sobreproducción es comparativamente aún mayor.
El acuerdo entre productores y consumidores ha evitado que los precios se vengan al suelo, pero se ha desarrollado un mercado paralelo que se estima en un 10% del total, en donde el precio del café se vende entre 50 y 60 centavos de dólar la libra, mientras el precio pagado por los países importadores miembros de la Organización Internacional del Café es de 1.32 dólares la libra. Ya se han retirado algunos países del pacto, y los del bloque de Europa Oriental y del norte de Africa no han aún aceptado la invitación a entrar hecha por el gerente de la Federación de Cafeteros de Colombia, Jorge Cárdenas Gutiérrez, porque no han encontrado ninguna ventaja económica al hacerlo. Los países con sobreproducción han acudido a este mercado para vender sus excedentes a precios bajos, pero con esto debilitan indirectamente el acuerdo entre productores y consumidores.
Además, países no productores están adquiriendo café en los mercados de excedentes, a precios bajos, y vendiéndolo en naciones consumidoras a cotizaciones por debajo de las acordadas en el pacto.
La sobreproducción mundial obedece a la recuperación de la producción cafetera del Brasil, y al aumento de la producción en el resto de países, incentivada por las mayores siembras a raíz de la elevación de precios desde las heladas de 1975 en esa nación. En 1976 Colombia participaba del 13.6% de las compras de café de Estados Unidos y Brasil del 15.6%.
Para el año pasado, las proporciones habían pasado a 9.8 y 19.4 respectivamente. En Europa, la situación es similar. Lo ocurrido en Holanda es una muestra. En 1978 Colombia participaba del 28.3% de las compras de ese país, y Brasil del 6.7%. El año pasado las cifras eran 27.4 y 25.1% respectivamente.
A ese repunte del Brasil y al aumento de la producción en el resto de países ha correspondido una disminución en el consumo del café. En los Estados Unidos entre 1962 y 1982, la baja por persona y por día se calcula en un 40%. Las nuevas generaciones de ese país toman menos café (Ver recuadro). Este hecho ha sido acompañado por un desplazamiento de la demanda hacia el té, jugos y gaseosas en el mismo período.
A QUEMAR CAFE
En el campo interno la situación cafetera es complicada. Se ha llegado al extremo de proponer la desaparición física de 800 mil sacos de café. El conocido dirigente de ese gremio, Leonidas Londoño, propuso al gobierno en días pasados que, mediante el aumento de cinco puntos del impuesto de pasilla y ripio a los exportadores, se recolectarán los 800 mil sacos para que de esta manera "se depure el mercado del grano". Las existencias acumuladas son de 11.5 millones de sacos, un poco menos que la suma de la cosecha cafetera de un año completo. El editorialista de "El Tiempo" y experto en asuntos cafeteros, Juan Manuel Santos, considera que "sí Colombia sigue siendo café no será", al hacer referencia que "Colombia es café o no es", antigua frase que señala la importancia de ese producto en la economía del país.
Sin embargo, los dirigentes de los productores del café no están de acuerdo con reducir las siembras. Fernando Londoño Londoño, importante cafetero caldense, insiste en que la disminución en el cultivo debe ser pactada a nivel mundial y no iniciada unilateralmente por Colombia. Igualmente, ratifica críticas que desde hace años se le hacen a Federecafé sobre el manejo del fondo: "Los productores de café pagan unos altos impuestos que tienen como fin fortalecer el Fondo Nacional del Café para financiar el mercado del grano y ahora el gobierno dice que, para comprar la cosecha, hay que recurrir a crédito interno y externo, o a soluciones más gravosas y peligrosas como la emisión a través del Banco de la República. Los caficultores no podemos seguir soportando que se nos muestre ante el país como unos zánganos que chupamos el presupuesto nacional, no sólo para organizar con los fondos públicos la vida del gremio, sino también para comprar nuestras cosechas", dice Londoño. La manera como se gastan y manejan los recursos del Fondo se ha convertido "más que en un secreto de Estado, en un tabú ", sostiene también el ex parlamentario y dirigente del Bremio, Elio Martínez Márquez. El descontento entre los cafeteros ha crecido tanto en los últimos meses que, en un foro organizado en Armenia por el Senado de la República el viernes 26 de agosto, el presidente de esa corporación, Carlos Holguín Sardi, se comprometió a conformar una comisión que investigue el funcionamiento y la manera como el Fondo Nacional del Café administra los recursos de ese gremio.
FRANQUEZA DEL CONTRALOR
El tradicional manejo discreto que se le ha dado a la economía cafetera fue sorprendido este año con las francas declaraciones del Contralor General de la Nación, Rodolfo González García, quien informó sobre el estado de iliquidez que padece el Fondo Nacional del Café.
La mayoría de los comentaristas económicos han opinado que las declaraciones del Contralor fueron alarmistas, y algunos consideran que pueden perjudicar las gestiones de crédito externo que haga Federacafé para buscar recursos con qué comprar la cosecha que se inicia en octubre. Sin embargo, la evaluación financiera del Fondo Nacional del Café hecha por el Contralor, tiene el mérito de haber puesto sobre alerta a las autoridades económicas sobre la situación financiera de ese sector que produce casi el 60% de las divisas del país. Por esto parecen sorprendentes las declaraciones del ministro de Hacienda, Edgar Gutiérrez Castro sobre "la solidez financiera del Fondo" .
Después de haber presentado a la opinión pública el Informe Financiero sobre el Fondo Nacional del Café, la primera impresión es que la situación es más mala de lo que se imaginaba, si bien algunos especialistas no le perdonan al Contralor la manera como hizo públicas sus opiniones. El hecho clave es que el Fondo está endeudado en 50 mil millones de pesos, de los cuales el 81% está contratado a corto plazo y hacen falta 20 mil millones más para comprar la totalidad de la cosecha en los próximos meses, sin contar que por cada punto porcentual que se aumente el precio de la carga de café tipo federación, se incrementan en mil millones las obligaciones de ese organismo. Es decir, si se acuerda un alza del 12% en el precio interno del café, se hará necesario buscar recursos adicionales por 12 millones de pesos.
El informe de la Contraloría es pesimista sobre las posibilidades de financiación que tiene el Fondo. Sostiene que la captación por medio de Certificados y Bonos Cafeteros difícilmente puede aumentar los niveles actuales debido a la competencia de los Títulos de Ahorro Nacional y la de los bonos de la Financiera Eléctrica Nacional. En el campo internacional, las experiencias recientes no auguran buenos resultados, además de que sólo quedan $ 82 millones de dólares del cupo autorizado por el gobierno al fondo para endeudamiento externo, cifra que representa aproximadamente 6 mil seiscientos millones de pesos. La alternativa propuesta por el contralor González García es acudir a "mecanismos especiales" que no se han determinado aún, ya que el ministro de Hacienda descartó la emisión de dinero para financiar la compra de la cosecha. En medios de la Federación de Cafeteros, su gerente, Jorge Cárdenas Gutiérrez, sólo ha acertado a decir que la "situación es manejable", pero parece que no hay claridad sobre la alternativa por escoger. Sin embargo, se está abriendo camino la más fácil que es la de la emisión directa, a juzgar por las declaraciones del gerente del Banco de la República, Hugo Palacios Mejía, quien la semana pasada anunció en Armenia que luego de siete años esa institución volvería a emitir para financiar la compra de la cosecha cafetera. Para una determinación final sólo falta que se pongan de acuerdo las dos más altas autoridades económicas del país.
El énfasis hecho en el informe de la Contraloría a el derecho constitucional que tiene ese organismo para intervenir y ejercer un control fiscalizador en el Fondo Nacional del Café, junto con las críticas al ministro de Hacienda y la desusada referencia pública a la situación financiera del Fondo, hacen pensar en posibles discrepancias entre el Contralor y las autoridades cafeteras, incluyendo al ministro Gutiérrez Castro. Con todo, parece ser que a la larga la discusión de estos temas a la luz pública evitan sorpresas en el futuro. El informe del Contralor da a entender que si la bonanza cafetera fue para los cafeteros, la "destorcida" de los precios del grano sea absorbida también íntegramente por este grupo.

PORCENTAJE DE LA POBLACION QUE TOMA CAFE EN U.S.A.
POR GRUPOS DE EDADES

1962 1982

10-19 25.1 8.5
20-29 81.0 43.0
30-59 90.8 73.3
60 Y MAS 88.4 83.11
El cuadro muestra que entre más jovenes los grupos de edades, la disminución en el consumo de café ha sido mayor entre 1962 y 1982.

PORCENTAJE DE POBLACION QUE TOMA CAFE
Y OTRAS BEBIDAS,U.S.A

1962 1982

CAFE 74.7 56.3
TE 24.7 31.6
LECHE 53.6 48.9
GASEOSAS 32.6 52.9
JUGOS 41.4 44.5

El cuadro indica que mientras el consumo de café y leche ha disminuido, el de té, jugos y gaseosas ha aumentado, especialmente este último.

FUENTE: Economica Cafetera, FEDERACAFE