Congresista propone que el salario mínimo sea de $1 millón

Racero considera  que esta propuesta responde al clamor ciudadano que se ha visto reflejado en las calles del país en las últimas semanas.

El congresista argumenta que con el salario mínimo actual, un núcleo familiar no puede adquirir los productos de la canasta básica. “según el Dane la Canasta Básica en Colombia tiene un valor de $3.488.577 para un hogar conformado por 4 personas. Si en una familia 2 miembros son responsable del hogar y cada uno gana un salario mínimo, el ingreso del hogar sería de $1.656.232 con lo que no se posibilitaría comprar todos los productos mínimos requeridos para su manutención”, explicó Racero en un comunicado.

Frente a la posibilidad de generar inflación con esta medida, el representante indicó que esta premisa no es cierta, pues según el economista Milton Friedman, “se necesitaría que el país existiera una situación de pleno empleo, situación que no se presenta”. 

Además, Racero  expuso que Colombia al ser comparado con los países de la Región, se encuentra que el salario mínimo está por debajo de países como Ecuador, Chile, Argentina y Perú. 

Sin embargo, el congresista no explica cómo evitar que esta medida pueda acentuar más problemáticas como el desempleo. Pues un salario mínimo elevado aumenta automáticamente los costos laborales para las empresas, sobre todo para las pequeñas y medianas que son la base del mercado laboral.

Para la Anif, bajo la perspectiva actual el incremento salarial no debería superar el 4,5% para 2020, por lo que según los cálculos de esta entidad el salario mínimo pasaría de $828.116 actual a $865.381 en 2020.

Lo cierto es que de acuerdo a la coyuntura, y a los actores que inciden en la concertación del salario, es muy poco probable que se adopte la propuesta de Racero. Esto, considerando que seguramente el porcentaje de aumento del salario mínimo se ubique en una cifra intermedia entre lo que piden los sindicatos, y lo que ofrecen los empresarios.

El ambiente en la mesa de concertación laboral no está fácil, con apenas dos días de conversaciones ya han surgido diferencias con respecto a la cifra de productividad, ya que las centrales obreras alegan que la metodología que utilizó el Dane no refleja el verdadero valor del trabajo de los colombianos.

Otro atenuante que se suma a la ecuación, es la crispación social que vive el país, ya que los movimientos afines al paro están observando con lupa la decisión que se tome al respecto.