El compromiso más grande de la educación es con la formación humana. | Foto: Archivo SEMANA.

OPINIÓN

MIDE: ni tan bueno, ni tan malo

El ministerio distrae con la medición a las instituciones de educación superior.

Adriana Granda Atehortúa*
3 de agosto de 2015

Confianza y transparencia es lo que ha querido generar el Ministerio de Educación Nacional (MEN) con la información sobre las instituciones de educación superior. Eso es bueno. Además, responsabilidad con los padres de familia y estudiantes para la toma de decisiones. Eso también es bueno.

Las intenciones para mejorar la calidad son adecuadas. El problema es que el Modelo de Indicadores del Desempeño de la Educación (MIDE) se quedó en una cosa que para la educación superior no es, ni ha sido, transcendental. Se preocupó por el ‘cuánto’ y no el ‘cómo’. Los ‘cuánto’ no son más que la frialdad de las cifras. Y es claro que los números dicen algo, pero con un contexto. Eso es lo que ha desconocido el MEN.

Los ‘cuánto’ no requieren mayor reflexión. Contar es de los primeros aprendizajes en la escuela. Mientras los ‘cómo’ implican que el pensamiento se ponga en escena, da cuenta de las maneras, las inversiones y los proyectos. Si los ‘cómo’ pasan desapercibidos el MIDE llevará a las instituciones de educación superior a llenar formatos para que cuando las evalúen estén entre las mejores.
 
La Ley 30, que rige la educación superior, explica que la formación debe permitir "el desarrollo de las potencialidades del ser humano de una manera integral" y eso es bueno. Lo malo es que el ministerio, con el MIDE, distrae.

Es claro que ninguna institución se opone a la evaluación. Lo que reclaman del ministerio es coherencia. El compromiso más grande de la educación es con la formación humana. De tal manera que buenos seres humanos impulsen y promuevan el desarrollo social. Claramente los ‘cuánto’ no potencian eso.

No todas las instituciones son de calidad alta. Pero no es por los ‘cuánto’ sino por los ‘cómo’. Una institución no forma mejor porque tenga más patentes, más artículos en revistas indexadas, más grupos de investigación, movilidad estudiantil o porque llene los formatos de los sistemas del Ministerio. No. En los ‘cómo’ está la esencia de la educación.

La intención del ministerio es buena, tal vez desafortunada porque logró lo contrario y desconoció los avances. Las instituciones acreditadas saben que el Consejo Nacional de Acreditacióndice que para medir la calidad de los programas no se deben comparar entre sí, sino, mirarse desde su propio proyecto educativo.

Es bueno que el ministerio mueva a las instituciones. Lo malo que con sus actuaciones desvíe el centro de la educación: el conocimiento y la formación integral de las personas.

*Directora de Autoevaluación de la Escuela de Ingeniería de Antioquia.

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